Aunque muchas personas disfrutan habitualmente de las nueces en ensaladas, postres o como tentempié saludable, no todos saben de dónde provienen realmente. Lo que para muchos es solo un fruto seco más en la despensa, en realidad tiene un origen botánico interesante y, para sorpresa de muchos, un nombre que suele pasar desapercibido: el árbol que da nueces se llama nogal. Puede parecer simple, pero es una denominación que a menudo se desconoce o se confunde con otras especies. Este árbol no solo es valorado por su fruto nutritivo y sabroso, sino también por su madera, que es muy apreciada en carpintería y ebanistería.
¿Cómo se llama el árbol que da nueces?
La relación entre el nombre “nogal” y las nueces no siempre resulta evidente, especialmente para quienes consumen el fruto sin preguntarse mucho más sobre su procedencia. Por eso, descubrir que la nuez nace del nogal sorprende tanto a niños como a adultos que, al oírlo por primera vez, no pueden evitar soltar un “¿de verdad se llama así?”.
El nogal es un árbol majestuoso, de gran tamaño y follaje frondoso, que pertenece al género Juglans. Su variedad más conocida es el nogal común o europeo, cuyo nombre científico es Juglans regia. Esta especie es originaria de regiones templadas de Asia Central y Europa del Este, aunque hoy en día se cultiva en muchas partes del mundo. Aparte de su fruto comestible, este árbol es conocido por su longevidad y resistencia, llegando a vivir más de 100 años en condiciones óptimas. La nuez, su fruto estrella, se encuentra dentro de una cáscara dura que, a su vez, está protegida por una envoltura verde que se abre al madurar. Es un proceso que muchos no han visto en directo, lo que contribuye aún más a la desconexión entre el fruto seco y su verdadero origen natural.
Este es un árbol muy apreciado también por su madera, que se utiliza en carpintería
Además de su peculiar nombre, el nogal esconde una serie de curiosidades que lo hacen aún más interesante. Por ejemplo, se cree que su nombre en latín, Juglans, significa “bellota de Júpiter”, lo que indica que los romanos ya lo consideraban un árbol noble. También se dice que su sombra es tan densa que inhibe el crecimiento de otras plantas a su alrededor, un rasgo que ha generado mitos y leyendas populares en distintas culturas. Más allá de todo esto, lo que está claro es que el nogal es mucho más que el árbol de las nueces: es un símbolo de fuerza, historia y sabor. Así que la próxima vez que disfrutes de un puñado de nueces, recuerda que vienen de un árbol cuyo nombre es tan sencillo como sorprendente.
Este artículo ha sido elaborado con la ayuda de ChatGPT y supervisado por un periodista de ElNacional.cat.