La ensalada de patata es uno de esos platos que nunca fallan. Refrescante, saciante y adaptable a mil versiones distintas, es perfecta como entrante, guarnición o incluso como plato único en los días calurosos. Su preparación es sencilla y económica, pero si queremos que pase de ser simplemente correcta a verdaderamente deliciosa, hay algunos trucos de cocina que conviene conocer. Porque sí, detrás de su aparente humildad hay margen para mejorar muchísimo con solo prestar atención a los detalles. Desde el tipo de patata hasta el momento exacto del aliño, cada decisión suma para conseguir una ensalada redonda que sorprenda por su sabor, su textura y su equilibrio.
7 trucos de cocina para hacer ensaladas de patata
No todas las variedades de patata funcionan igual. Para ensaladas, conviene usar aquellas que mantengan su forma tras la cocción. Las patatas nuevas, que se encuentran fácilmente en verano, son perfectas: tienen una piel fina, poca cantidad de almidón y una textura firme. Variedades como Monalisa, Kennebec o Spunta darán el mejor resultado y evitarán que acabes con un puré sin querer.
Cuécelas sin pelar
Aunque parezca un paso innecesario, cocer las patatas con piel es clave. La piel las protege, conservando su sabor y sus nutrientes. Así también se evita que se rompan fácilmente al cortarlas. Una vez cocidas, basta con enfriarlas un poco bajo el grifo o dejar que se templen para pelarlas con facilidad y sin quemarse.

Agua fría, sal y un toque de vinagre
Lo ideal es empezar la cocción en agua fría, ya que ayuda a una cocción uniforme y mantiene la textura de la patata. Además, un buen puñado de sal (como si prepararas agua de mar) y un chorrito de vinagre cuando el agua rompa a hervir evitarán que se deshagan y les dará un punto extra de sabor.
Hervor muy suave
Una vez el agua esté hirviendo, hay que bajar el fuego al mínimo y tapar la cazuela. El objetivo es mantener un hervor constante pero sin burbujas agresivas. Así evitamos que las patatas se agrieten o se rompan por dentro.

Controla los tiempos
El tiempo ideal de cocción depende del tamaño y variedad, pero suele rondar los 20 o 30 minutos desde que empieza a hervir. Lo mejor es usar patatas de tamaño similar y comprobar su punto con una brocheta o aguja fina: si entra con suavidad, están listas. Después, un buen chorro de agua fría detiene la cocción y ayuda a conservar la textura perfecta.
Si quieres detener la cocción, solo tienes que añadir un buen chorro de agua fría
Aliña con cabeza
Si vas a usar aliños ligeros, como vinagreta o limón con aceite, hazlo en caliente, cuando las patatas aún estén tibias. Si el aderezo es cremoso, como mayonesa o yogur, mejor esperar a que estén frías. Y un truco: no las cortes con cuchillo. Trocearlas de forma rústica con una puntilla mejora su capacidad de absorber el aliño.
Dale reposo
Una buena ensalada de patata mejora con el tiempo. Déjala reposar entre 30 minutos y una hora en la nevera para que los sabores se integren. Eso sí, sácala un rato antes de servir para que recupere su aroma y sabor, que el frío suele apagar. Con estos siete trucos, una ensalada de patata se transforma en un plato espectacular. Fácil, sabroso y con el punto exacto de textura, sabor y frescura que te hará repetir más de una vez.