En 2013, LEGO lanzó la Serie 10 de sus minifiguras coleccionables, los famosos sobres sorpresa, que costaban apenas 2,99 dólares en tiendas. Dentro de esa colección se escondía un personaje especial que acabaría marcando un antes y un después entre los fans: Mr. Gold.

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La figura que más se ha revalorizado de LEGO

Solo existían 5.000 unidades en todo el mundo, repartidas al azar entre millones de sobres. La fiebre fue inmediata: coleccionistas y aficionados recorrían jugueterías abriendo cajas enteras con la esperanza de encontrar a este pequeño muñeco dorado. En pocas semanas, quienes lo conseguían lo revendían por cientos de dólares, un hecho que con el tiempo se ha expandido hasta alcanzar un precio que a muchos os sorprenderá. 

Hoy, más de diez años después, Mr. Gold se ha convertido en una auténtica joya del coleccionismo LEGO. Según portales especializados como BrickLink o BrickEconomy, la figura en perfecto estado puede alcanzar fácilmente los 7.500 dólares, y en casos excepcionales llega a superar los 10.000 dólares si está sellada o certificada. Cabe destacar que en estos casos la figura sigue ganando valor si está en perfecto estado, por lo contrario, si esta edición tiene algún rasguño o se nota desgastada, pierde drásticamente mucho de su valor. 

Lo que empezó como un simple sobre de juguete de tres dólares se transformó en uno de los objetos más codiciados por los fans de LEGO en todo el mundo. Y demuestra hasta qué punto la pasión por el coleccionismo puede convertir un detalle pensado como un muñeco divertido en un auténtico tesoro.

El coleccionismo se vuelve loco por Mr. Gold

Más allá del precio, Mr. Gold simboliza la cultura de la búsqueda y la emoción de tener algo único, que muy pocas personas en el mundo pueden obtener. Para muchos fans de las figuras LEGO, encontrar esta figura no es solo cuestión de valor económico, sino de formar parte de un momento histórico dentro de la comunidad. Además, el caso de Mr. Gold abrió la puerta a que LEGO jugara más con la idea de las ediciones limitadas y exclusivas. Desde entonces, la marca ha lanzado otras figuras especiales, pero ninguna ha alcanzado el aura de leyenda que rodea a este personaje dorado.

El fenómeno también refleja cómo funciona el mercado del coleccionismo: la escasez, la demanda y la historia que rodea a un objeto son los factores que multiplican su valor, aparte de su estado. En este caso, LEGO nunca repuso ni reeditó a Mr. Gold, lo que disparó su rareza. Eso ha hecho que, década tras década, su cotización se mantenga alta e incluso siga creciendo. En plataformas de subastas como eBay, todavía aparecen de vez en cuando unidades de Mr. Gold, muchas veces con certificados de autenticidad o incluso graduadas por empresas especializadas. Contar con un certificado de estas características puede ser un factor definitivo, una figura sin abrir puede costar el doble o el triple que otra que ya haya sido expuesta en una vitrina.

El caso de Mr. Gold recuerda a fenómenos muy similares en otros mundos. Por ejemplo, en las cartas Pokémon, la primera edición holográfica de Charizard de 1999 se vendía por apenas unos céntimos en los sobres originales. Hoy, en perfecto estado, supera los 300.000 dólares en subastas internacionales. Un ejemplo de cómo un producto pensado para niños se convierte en objeto de lujo.