La desconocida iglesia modernista de Vistabella, conocida también como la Iglesia delSagrat Cor, es una auténtica joya escondida de Tarragona, con una arquitectura tan singular y creativa que a menudo se compara con las obras de Antoni Gaudí gracias a la impronta magistral del arquitecto Josep Maria Jujol. Esta iglesia destaca por su ubicación rodeada de naturaleza, en el pequeño núcleo de Vistabella, y por su originalidad arquitectónica. Fue proyectada y construida entre 1917 y 1923, con un estilo que mezcla formas ondulantes, arcos parabólicos y un uso extraordinariamente imaginativo de los materiales locales, hecho que le otorga una personalidad inconfundible.
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El origen de un templo singular
Situada en el pequeño núcleo de Vistabella, en el municipio de La Secuita, esta iglesia emerge entre viñedos y campos, a menos de 3 km de la estación de AVE del Camp de Tarragona. La encargaron los vecinos al arquitecto Josep Maria Jujol, alumno y colaborador de Gaudí, quien empezó las obras en 1917 y las concluyó en 1923. El proyecto, nacido de un presupuesto humilde, fue una muestra de creatividad e ingenio a partir de materiales locales y recursos reciclados, como piedras de viña, viejas latas y somieres.
La estructura de la cúpula presenta una forma de seis lados, y justo encima se levanta un campanario de perfil triangular que cautiva todas las miradas. Desde 2011, este edificio disfruta de la protección como Bien Cultural de Interés Nacional.
Curiosidades del Templo del Sagrat Cor de Vistabella
El templo del Sagrat Cor de Vistabella destaca por la estructura de arcos parabólicos que recuerda las formas orgánicas de Gaudí, así como por la torre que fusiona la cúpula y el campanario en una sola aguja. El trabajo del hierro forjado en las barandillas, las vidrieras llenas de ángeles y la policromía interior dan una personalidad especial a la pequeña iglesia. Incluso el altar, las lámparas y toda la ornamentación fueron diseñados por Jujol, que dejó su inscripción personal en un rincón del altillo: “Domini dilexi decorem domus tua” (“Señor: amé la decoración de tu casa”).
Jujol participó activamente en la misma construcción. El arquitecto trabajó arrastrando él mismo carros de piedras durante la construcción. En las paredes de Vistabella las pinturas parecen hechas por el mismo Jujol, pero fue el pintor de Vallmoll quien las pintó. Eso sí, Jujol perfilaba el contorno y escribía el color que quería y, después, venía el pintor y las pintaba.
Su hija, Tecla Jujol, se encargó de recuperar las pinturas después de la Guerra Civil. Esta es la única iglesia enteramente acabada por el propio Jujol durante su vida, convirtiéndola en una pieza imprescindible de su legado.
Qué ver y cómo visitar la iglesia del Sagrat Cor
Para visitar el templo, hay que concertar cita, ya que las puertas no están abiertas habitualmente al público. Una vez allí, se puede ver el predominio de los colores vivos y vidrieras artesanas. El elemento central es el altar del Sagrado Corazón, flanqueado por dos altares del Roser y del Santíssim.
No te puedes perder:
- El altar central preside un espacio rico en colores y formas imaginativas.
- Dos altares menores, del Rosrt y del Santíssim, completan el conjunto litúrgico.
- Destacan también las barandillas de hierro, vidrieras artesanas y la forma insólita del campanario.
- Todo el espacio respira la creatividad inconfundible de Jujol, con detalles insólitos en cada rincón.
- Vistabella ofrece no solo una escapada de turismo cultural, sino una experiencia transversal para quien quiere descubrir rincones escondidos de una arquitectura insólita que cautiva y sorprende.
Otras joyas modernistas en la zona son el santuario de la Mare de Déu de Montserrat en Montferri (una obra monumental de Jujol acabada fielmente según su proyecto), el Brollador Santuari de la Mare de Déu de Loreto (en Bràfim) y la Casa Bofarull en Els Pallaresos, una casa de payés transformada en obra de arte modernista que también requiere cita previa.
Cómo llegar
Vistabella se encuentra a unos 15 minutos en coche de la ciudad de Tarragona, bien conectado por la carretera T-223. Desde la estación de AVE del Camp de Tarragona solo se necesitan cinco minutos hasta el pueblo. Una vez allí, el templo es fácilmente localizable en el centro del núcleo.