Las supermanzanas, los ejes verdes y la pacificación de calles han sido las políticas más vistosas del mandato de Ada Colau. También, de las más controvertidas. Nacieron con el objetivo "de conseguir un espacio público saludable y más verde" a través de la reducción del tráfico, pero la oposición rebate que los coches no se evaporan, sino que se trasladan a las calles adyacentes. Sin embargo, ¿qué dicen los datos?

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Todavía es temprano para analizar con profundidad los nuevos ejes verdes del Eixample, todavía en obras, pero sí que podemos estudiar qué ha pasado en Sant Antoni, una de las primeras supermanzanas. En el conjunto de la supermanzana de Sant Antoni, el tráfico se redujo por término medio un 15% entre el 2017 y el 2019 y un 21% entre el 2017 y el 2021, según la evaluación del Ayuntamiento.

En Comte Borrell, la calle pacificada por la cual tienen prioridad los peatones y las bicicletas y donde los coches solo pueden circular a 10 km/h, el tráfico diario medio pasó de 7.216 vehículos en el 2017 a 1.266 en el 2019, es decir, un 82% menos en dos años. ¿Pero este tráfico desapareció o pasó a las calles de al lado?

Esta es la gran pregunta. Los datos apuntan que, a pesar de que una pequeña parte de los vehículos sí que se trasladaron a las calles adyacentes, gran parte del tráfico ha desaparecido. Los primeros dos años después de la pacificación de Borrell, el tráfico de las calles Viladomat y Villarroel, paralelos a Borrell, subió ligeramente, pero en el 2021 las cifras ya eran menores que en el 2017.

Un estudio científico publicado en la revista Case Studies on Transport Policy, que compara el volumen de tráfico de once calles de Barcelona donde se han hecho intervenciones con el de otras calles que no han experimentado modificaciones, también llega a conclusiones similares. La circulación se ha reducido en un 14% a las calles pacificadas en comparación con los que no lo son y ha aumentado poco en las calles adyacentes, un 2%. El estudio concluye que ha habido "una evaporación significativa del tráfico en las calles en que se implementaron intervenciones de urbanismo táctico, sin que se haya producido un aumento correspondiente del tráfico en las calles vecinas".

¿Y en el Eixample? Como hemos dicho, es demasiado pronto para evaluar definitivamente la evolución del tráfico en torno a los nuevos ejes verdes del Eixample. Aun así, los datos provisionales de un informe reciente del Ayuntamiento indican que en las calles alternativas de los ejes verdes en obras (Rocafort, Borrell, Girona y Consell de Cent), el tráfico se ha reducido en un 3%.

Baja el tráfico en toda Barcelona

Esta reducción de vehículos no es localizada: en toda Barcelona, el volumen de tráfico ha bajado en un 11% entre 2015 y 2023, comparando los primeros tres meses de ambos años. Así lo indica este mismo informe del consistorio, que analiza la intensidad media del tráfico en días laborables a partir de datos del Departamento de Gestión de la Movilidad. Concretamente, en el 2015 circulaban por Barcelona 736.904 vehículos cada día, mientras que este 2023, la media es de 657.639, unos 80.000 menos cada día.

En las principales vías de entrada en Barcelona (Diagonal, Meridiana y Gran Vía), el tráfico ha bajado en un 18%, especialmente en la Avenida Meridiana, que ha vivido una reducción de casi un tercio de su circulación.

En las calles del Eixample, el número de vehículos que circulan de lunes a viernes también ha caído en un 20%. De los 264.000 vehículos que circulaban diariamente los primeros meses del 2015 a los 213.000 en el 2023.

Por el contrario, las Rondas se han visto obligadas a absorber una pequeña parte de estos vehículos. Por término medio, el volumen de tráfico ha aumentado en un 2%, aunque en la Ronda de Dalt ha incrementado en un 8%.