Indiferencia describe bien el comportamiento de las portadas de los dos diarios más vendidos de Catalunya ante los "latidos de conflicto lingüístico" —así les llama el cronista de referencia de La Vanguardia— promovidos por los gobiernos locales y autonómicos de la coalición PP-Vox en el País Valencià y en las Balears y por el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC). La Vanguardia todavía dice algo en el fondo de la portada. El Periódico publica un cuadrito con la sentencia del TSJC, que es alguna cosa más que unos "latidos de conflicto" pues es un tribunal muy militante. Esta vez ha ordenado a tres escuelas que impartan en español una asignatura troncal más, aparte de la de castellano, a los alumnos que denunciaron en los centros, según una filtración —la sentencia aún no está redactada. Una filtración muy oportuna, en medio de la campaña electoral. El tribunal no va más allá porque el TC todavía debe decidir sobre la nueva normativa lingüística, aprobada por amplia mayoría del Parlament en junio de 2022.
Cada diario hace la portada que le da la gana, claro. Así tiene que ser y por eso podemos valorarlas. Las primeras páginas de El Punt Avui y de Ara hacen de contraste. Los otros dos diarios de Barcelona podrían haberse decidido a abrir con el acoso en la lengua catalana (o "latidos de conflicto lingüístico", si quieres) en lugar de hacerlo con el mercado de pisos de alquiler y la interferencia rusa en las elecciones en la llamada España vaciada. Es fácil de adivinar a qué diario corresponde cada opción y también se conoce que la lengua catalana no es nada que les motive. Quizás piensan que con un semáforo rojo al concejal catalanófobo de Borriana ya cumplen.
Sobre las razones de esa indiferencia solo podemos especular: menosprecio, miedo, pereza, desafección, frialdad, inconsciencia, despiste... Dirás: ¡no hay ninguna buena! O bien: ¡es un juicio de intenciones! Sí. Da igual. Lo que aquí importa es la impresión que dan y difunden esos dos diarios, que no es de hoy: la lengua catalana no es relevante, se la puede asediar, agredir, degradar. Todo el mundo advierte que ninguno de esos diarios, los que se atravesarán y provocarán en los catalanófobos miedo, respeto o, cuando menos, algún escrúpulo. Aquí caerían bien aquellos versos de Ovidi sobre los disgustados porque se parle, s'escriga o pense en català. Pero se han dicho mucho. Para no repetir, va un verso de Tesa, la rapera de Almussafes, en la Ribera Baixa: Els que us estimeu la llengua, del futur feu garantia. Eso.
