El recorrido de Vox en las elecciones generales es tan prematuro como consolidado. 4 años más tarde de la primera experiencia en el Congreso de los Diputados, el partido de Santiago Abascal se ha consolidado en todas las instituciones políticas y se ha confirmado como la única competencia a la derecha del Partido Popular después de la práctica desaparición de Ciudadanos. En función de cómo quede la configuración parlamentaria después del 23 de julio y vistos los pactos en ayuntamientos y comunidades autónomas, Vox podría tener la llave de gobierno para ungir a Alberto Núñez Feijóo como futuro presidente del gobierno. Y a Abascal ya no lo alimentan migas, ahora quiere entrar a todos los gobiernos para hacer valer sus votos. Ya comparte ejecutivos con el PP en el País Valencià y Extremadura a la espera de lo que pase en Aragón y Murcia.

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La experiencia parlamentaria de Vox es corta, pero ascendente. Después de poner un pie en el parlamento de Andalucía en el 2018, Abascal daba el primer gran salto en el Congreso de los Diputados a raíz de la convocatoria electoral anticipada de abril del 2019, en el marco de la imposibilidad de Pedro Sánchez de aprobar los presupuestos generales del Estado. En la primera ocasión que tenían una candidatura conjunta en todas partes, Abascal obtuvo 24 escaños, el 10% de los votos, y se convirtió en la quinta fuerza parlamentaria por detrás del PP, el PSOE, Ciudadanos y Unidas Podemos. En este sentido bebió de la bajada histórica del PP de Pablo Casado (66 diputados) y entraba en la competición directa con Ciudadanos, que recogía los mejores resultados (57) nunca conseguidos antes de empezar el camino hacia la desaparición.

Vox da el gran salto en 2019

Ciudadanos se negó a formar gobierno con el PSOE, que tampoco aceptó la oferta de Pablo Iglesias (Unidas Podemos) para formar la primera coalición desde la recuperación democrática. Con el afán de querer ganar más distancia, Pedro Sánchez convocó otra vez elecciones españolas para noviembre. La jugada salió rana porque los socialistas bajaron y no tuvieron más remedio que tejer un gobierno de coalición con los morados. Igualmente aquellos comicios empezaron a marcar una tendencia: el PP recuperaba terreno perdido, Ciudadanos se empezó a desinflar y Vox daba un paso adelante muy importante: Abascal se erigió como tercera bastante política en la cámara española, gracias a los 52 escaños y el 15% de los votos.

Desde entonces, Santiago Abascal ha hecho oposición al gobierno progresista con un discurso muy duro demonizando los pactos con Bildu y los independentistas. En paralelo, la extrema derecha se ha consolidado en los ayuntamientos y en los parlamentos autonómicos a raíz del 28 de mayo hasta el punto que ha formado coaliciones con el PP en algunos territorios. En Catalunya, en abril del 2019 Vox obtuvo un escaño y en noviembre fueron dos: Ignacio Garriga, que actualmente es el secretario general del partido, y Juan José Aizcorbe.