Santiago Abascal se mira el 23-J con la seguridad de haber consolidado el proyecto de Vox a todos los niveles institucionales en los últimos 4 años: en los ayuntamientos, en los parlamentos autonómicos y en las cortes españolas. El fortalecimiento electoral con el cual asume las elecciones estatales abre paso a un estadio superior, que implica que Vox ya no se conforma dando apoyo a gobiernos del PP para influir en su acción política, sino que aspira a formar parte activamente, aprovechando la experiencia empezada después de los comicios de Castilla y León, para decidir desde dentro.

El reverso de la victoria abrumadora del PP el 28 de mayo es la dependencia parlamentaria que tendrá Alberto Núñez Feijóo de la extrema derecha. Así como el PP ha obtenido un éxito rotundo en el País Valencià, las Islas Baleares, Aragón y Extremadura, la capacidad para cambiar el color de estos gobiernos regionales dependerá de los acuerdos y alianzas que tendrán que tejer con el ultra derecha, que es la única opción parlamentaria a la cual se pueden aferrar.

 

Excepto en Madrid, Andalucía y la Rioja, al PP se le han acabado las mayorías absolutas y esta es su principal debilidad. "Los números son los números", decía el jueves pasado al vicepresidente de Acción Política de Vox, Jorge Buxadé, con los resultados sobre la mesa. Ante las ganas del PP por dilatar los plazos y evitar hacerlo coincidir con la campaña electoral, los de Abascal se apresuran a retratarlos y poner prisas para negociar. "Si el PP quiere conformar una alternativa extendemos la mano para hacerlo, y para eso, como antes nos sentemos a negociar mejor", ha remarcado el portavoz ultra en el Congreso de los Diputados, Ivan Espinosa de los Monteros, que ha recordado el PP que "tendrá que respetar" a sus votantes. "El señor Feijóo tendrá que decidir si prefiere la alternativa o el continuismo con un pacto con Pedro Sánchez", remarcó Abascal la misma noche del 28, dejando muy poco margen de maniobra.

Abascal también tendrá que tener cuidado con amenazas exteriores porque la excompañera a de partido Macarena Olona ha decidido dar el paso y concurrirá a las elecciones estatales bajo la marca 'Caminando Juntos'​. La que fue la candidata de Vox en las elecciones andaluzas ha anunciado que solo hará lista electoral en las circunscripciones donde cree que tiene posibilidades de obtener representación y, por pequeña que sea, amenaza de robarle votos a Abascal, cosa que puede acabar siendo importante para la formación de mayorías en las cortes españolas.

Vox completa la consolidación en las municipales

El 28 de mayo ha ayudado a compensar la pata del taburete que Vox tenía más coja: los municipios. Era la asignatura pendiente de Vox porque en la anterior cita en las urnas de los ayuntamientos (2019), la formación ultraderechista todavía no estaba lo bastante consolidada entre el electorado español y tan solo había conseguido presencia en el parlamento andaluz (12 diputados) y en el Congreso de los Diputados (24 escaños). Con la repetición electoral de noviembre, Vox se disparó a los 52 escaños convirtiéndose en la tercera bastante parlamentaria por delante de Unidas Podemos y apuntando a una tendencia alcista a las urnas. En Catalunya, Vox se llevó hace cuatro años dos diputados para la circunscripción de Barcelona (Ignacio Garriga y Juan José Aizcorbe Torra).

 

Con respecto a los resultados, la extrema derecha consiguió el domingo 28 de mayo 1.608.401 votos (7,19% del total) y 1.695 concejales en los municipios de todo el Estado, cosa que le ha otorgado 6 mayorías absolutas locales. Estas cifran implican una subida espectacular respecto de los 812.804 apoyos (3,56% del total) y 530 escaños. En Catalunya, el partido ha irrumpido en los plenos de Barcelona, Tarragona, Lleida y Girona y han crecido exponencialmente, con 124 concejales frente a los 3 que consiguió en Salt en el 2019.

 

'Supercandidato' Ignacio Garriga

El 'supercandidato' de Vox en Catalunya, Ignacio Garriga, ha vivido una carrera meteórica dentro del partido. Santiago Abascal lo ha utilizado como reclamo electoral cada vez que se han abierto las urnas en el Principat. Lo puso como candidato para Barcelona en las dos elecciones estatales de 2019 -obtuvo el escaño-, fue el cabeza de lista a la alcaldía de Barcelona en el 2019 -no consiguió representación en el pleno- y lo situó como cabeza visible en las elecciones catalanas de 2021 -tuvo una silla en el Parlament. La ascensión también tiene que ver con el poder orgánico porque, a raíz del conflicto interno al partido con Javier Ortega-Smith, Abascal proclamó Garriga como secretario general, cargo que mantiene hoy en día.