La campaña electoral de Alberto Núñez Feijóo para las elecciones municipales y autonómicas ha tenido dos etapas claramente diferenciadas. El primer tramo de los discursos del PP tuvo un leimotiv constante: la inclusión de 44 exetarras en las listas de Bildu que denunció al Colectivo de Víctimas del Terrorismo (COVITE) a pocas horas de empezar la campaña electoral. Fue el pretexto perfecto para que el PP demonizara los pactos de Pedro Sánchez con Bildu y empezara una estrategia de desgaste contra el PSOE, con quien tiene en juego el gobierno de 12 comunidades autónomas y grandes capitales de provincia. En la segunda semana, Feijóo ha dado la vuelta a la tortilla, ha cambiado de tercio y ha ido a la busca y captura del votante de Vox haciendo llamamientos a "concentrar el voto útil" hacia el PP. De esta manera Feijóo, que ha aparcado el discurso catastrofista sobre la economía, ha contrarrestado los anuncios de Pedro Sánchez en campaña.

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El espantajo de ETA ha sido una constante en las campañas del PP, aunque la banda terrorista abandonó la actividad armada en el 2011. En estos comicios, la denuncia de COVITE ha dado alas al argumentario del PP, que presionó para que Bildu apartara a los antiguos etarras de las papeletas. La presión acumulada propició que los candidatos que tenían delitos de sangre en el expediente se comprometieran a renunciar a la toma de posesión si son escogidos en las urnas, pero los otros 37 no han hecho lo mismo, tal y como exigía el PP "por decencia". De hecho, el fantasma de la ilegalización de partidos ha vuelto a sobrevolar la política española, muy exagerada y revolucionada en tiempo de campaña.

En el movimiento para forzar la ilegalización de Bildu, la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, ha empujado a Núñez Feijóo y lo ha sometido a presión mediática para que moviera los hilos. La madrileña ha hecho fuerza para que se activara la Ley de Partidos contra la izquierda abertzale para incluir exterroristas a las listas. En cualquier caso, los servicios jurídicos del PP lo descartaron porque no le veían posibilidades de prosperar y, después, un informe nítido de la Fiscalía determinó que Bildu es una "formación democrática" y rechazó instar la ilegalización.

Con todo, Díaz Ayuso, que se juega la mayoría absoluta a la Comunidad de Madrid, ha tenido un papel capital en el impacto estatal. No se ha privado de participar de la discusión pública sobre cuestiones que van más allá de la geografía de su región. En sus mítines se postula como un muro de oposición contra Pedro Sánchez y su "frente popular" que, a su entender, "quiere dividir España en bandos". "No son los herederos de ETA, son ETA", dijo en referencia a Bildu. La obstinación de Ayuso ha provocado que incluso un grupo de víctimas del terrorismo hayan criticado la "instrumentalización" de las víctimas por parte del PP.

En este sentido, el doctor en Ciencia Política por la Universidad del País Vasco Jonatan García, en conversación con El Nacional, aseguró que ETA todavía remueve conciencias en los sectores más conservadores de la sociedad española y que eso explica por qué el PP hurga en eso en el 2023. "El terrorismo todavía tiene rédito y proyección política para movilizar al electorado que está en pugna entre el PP y Vox", afirmó Garcia, que recordó que es "un discurso sentimental e irracional", que está construido "fuera del País Vasco y Navarra" y el objetivo del cual es "movilizar más allá de las fronteras vascas".

Giro en Valencia: a la pesca del votante de Vox

La línea argumental empezó a girar en el mitin principal de campaña del PP en la plaza de toros de Valencia, que llenó hasta arriba con 12.000 personas, en una muestra de músculo a una semana de la apertura de las urnas. Desde la capital del País Valencià, Alberto Núñez Feijóo arrancó un viraje discursivo, apartando el ruido de Bildu y apostando por el llamamiento a "concentrar el voto útil" en torno al PP. De esta manera se dirigía a los votantes de Vox, a los que votaban Ciudadanos y a los desencantados con Pedro Sánchez. "Vengo a pedirles la oportunidad para recuperar la buena política, para unir el voto en torno al PP y hacer posible el cambio a la Comunidad Valenciana y a España", arengó Feijóo.

En este viraje, José María Aznar e Isabel Díaz Ayuso también han participado en la construcción del relato "para aglutinar todos los esfuerzos a la derecha de la izquierda", aseguraron desde de Alcobendas este lunes. Al margen de Aznar, el expresidente Mariano Rajoy también se ha implicado en la campaña de la candidata madrileña.

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Aznar y Ayuso participan en un mitin en Alcobendas / Foto: Europa Press

Aznar y las consultas

El expresidente del Gobierno José María Aznar también ha tenido sus momentos de gloria saliendo al paso de la polémica de los exmiembros de ETA que forman parte de las listas de EH Bildu para las elecciones municipales. Aznar aseguró que el "precio siguiente" a pagar por Pedro Sánchez para seguir gobernando será una consulta sobre la independencia tanto en el País Vasco como en Catalunya. El exlíder de los populares sostiene que es el siguiente paso del ejecutivo español para seguir en La Moncloa después de "la salida masiva de etarras" o "blanqueante de Sortu y Bildu".