Tal día como hoy del año 1895, hace 128 años, se producía el Grito de Baire, el levantamiento que se llevó a cabo de manera organizada en treinta y cinco ciudades de la colonia española de Cuba. Aquella operación fue dirigida por José Martí, jefe del ejército libertador de Cuba, que en aquellos momentos dirigía el movimiento desde Baire, una pequeña población en la zona montañosa de Sierra Maestra. Martí (La Habana, 1853) era hijo de un militar valenciano y había pasado parte de la infancia en la villa de Campanar (actualmente un barrio de València). Martí moriría tres meses después del Grito de Baire (19 de mayo de 1985) en un episodio de aquel conflicto.

Otro de los líderes independentistas que, a partir del Grito de Baire, adquiriría una gran relevancia sería Guillermo Montcada, descendiente de esclavos africanos, que tenía el apellido de un antiguo patrón de origen catalán que habría sido el propietario del ingenio donde vivía su familia materna. Esta particularidad (tener el apellido del patrón) era habitual en el mundo de la esclavitud americana. Montcada (Santiago de Cuba, 1841) murió, también, poco después de Baire (5 de abril de 1895) a causa de la tuberculosis que había adquirido durante los años de reclusión en las mazmorras coloniales españolas. Entre 1880 y 1886 había sido recluido en el penal militar del castillo de Bellver, en Mallorca.

Después de la muerte de Montcada, Martí designaría a un nuevo líder para el ejército independentista del sur. El elegido sería Bartomeu Masó (Yara, Cuba, 1830), hijo de una familia de cultivadores de caña de azúcar de Manzanillo (sur de Cuba) originarios de Sitges (Garraf). Los Masó eran una clarísima demostración de que una parte de las oligarquías terratenientes se comprometieron con el movimiento independentista. El Grito de Baire sería un movimiento socialmente transversal, y representaría el inicio de la tercera y definitiva Guerra de Cuba (1895-1898), la que marcaría el fin del dominio colonial español y conduciría Cuba a su independencia (1904).