Tal día como hoy del año 1276, hace 742 años, moría en Alzira (País Valencià) Jaime I, conde independiente de Barcelona, conde independiente de Urgell, rey de Aragón, rey de València, rey de Mallorca, señor independiente de Montpellier y vizconde independiente de Carlat. Jaime I, nacido en Montpellier el año 1208, hijo del conde-rey Pedro II y de María de Montpellier, pasaría a la historia como el soberano de la casa de Barcelona que incorporó la mayor extensión territorial al edificio político catalanoaragonés. Por este motivo recibió el sobrenombre de Conquistador. Después de la derrota y la muerte de su padre en Muret (1213), Jaime I renunciaría a la empresa occitana y orientaría la expansión hacia el mar y hacia el sur.

Jaime I, con el apoyo y los recursos de las clases mercantiles catalanas, sería el impulsor de la conquista de Mallorca, Eivissa y Formentera (1229-1235). Y con el apoyo de las oligarquías aristocráticas catalanas y aragonesas, lo sería de la conquista del actual País Valencià (iniciada en 1210 en tiempo de su padre Pedro II y completada en 1296 durante el reinado de su nieto Jaime II). Jaime I incorporó más de las tres cuartas partes del territorio valenciano (desde los puertos de Beseit hasta el puerto de Biar) y dotó a la ciudad de València y, por extensión, al conjunto del territorio, de unos fueros y unas instituciones de gobierno (1261) que derivarían en la creación del Reino de Valencia como entidad propia.

Mural que representa el campamento de Jaime I en la conquista de València / MNAC

Jaime I también pasaría a la historia como el soberano de la casa de Barcelona que ocupó esta dignidad más tiempo. Reinó 63 años, a pesar de que en los primeros cinco, por su minoría de edad, el gobierno fue ejercido por los caballeros templarios catalanoaragoneses, que llevaron la regencia con acierto. Incorporado progresivamente a las tareas de gobierno a partir de los 10 años, toda su vida mantendría una excelente relación con el estamento mercantil de Barcelona, formado en buena parte por la comunidad judía local que, junto con los templarios, se convertiría en su principal aliado político ante la voracidad de las aristocracias catalana y aragonesa.

Imagen principal: Retrato de Jaime I, obra de Jaume Mateu (siglo XV) / MNAC