Tal día como hoy del año 1683, hace 335 años, moría en París Jean-Baptiste Colbert, que había sido ministro plenipotenciario de Luis XIV de Francia y el gran impulsor del plan de enderezamiento económico de la monarquía francesa. Aquella política económica, que contemporáneamente se ha denominado "colbertismo" estaría marcada por una fuerte intervención del Estado en la creación y desarrollo comercial e industrial francés que pasaba por prohibir la salida de materias primas, promover la industria de propiedad real, gravar con aranceles las importaciones y estimular la exportación de las manufacturas en los mercados europeos.

Colbert, que sus coetáneos de la corte de Versalles describieron como un personaje siniestro (vestía siempre de color negro), obsesionado con el trabajo y despiadado con sus enemigos políticos, firmaría privilegios y concesiones a los elementos de la clase mercantil de París que gravitaban en su entorno; con el propósito de usurpar el control que ejercían ingleses y neerlandeses sobre los canales comerciales europeos y pasar a monopolizarlos a través de las exportaciones francesas. Estas políticas se convertirían en una seria amenaza para las exportaciones de la incipiente industria catalana de la época: textiles y alcoholes que se destinaban a los mercados inglés y neerlandés y a sus colonias.

El temor de Catalunya, que -a finales del siglo XVII- ya era la locomotora económica de las Españas peninsulares, de quedar reducida a la categoría de pseudo-colonia económica de Francia, justificarían el fuerte sentimiento anti-francés y anti-borbónico de la sociedad catalana de finales de la centuria de 1600 y de principios de 1700; y explicaría -en gran medida- la posición catalana de 1705 cuando, después de la entronización del primer Borbón hispánico (1701), sus representantes políticos firmaron el Tratado de Génova con Inglaterra y se sumó a la coalición internacional austriacista integrada, entre otros, por sus dos principales clientes exteriores: ingleses y neerlandeses.