La oferta pública de adquisición (opa) del BBVA al Sabadell llega a su recta final, aquella en la cual los que tienen la palabra sobre lo que pasará son los accionistas.
A partir del próximo 8 de septiembre, se abre el periodo de aceptación para los accionistas, que tienen que comunicar allí donde tengan las acciones o bien por teléfono al mismo BBVA si aceptan o no la oferta del banco español sobre el catalán.
El 18 de septiembre, en medio de este plazo, el consejo del Banco Sabadell emitirá un informe sobre la oferta.
Y el 7 de octubre finaliza el plazo de aceptación.
La oferta del BBVA es de 0,7 céntimos y una acción por cada 5,5483 acciones del Banco Sabadell, aunque la revalorización del banco catalán la coloca en una proporción mejor hoy día.
Pero el BBVA no ha subido la oferta, considera que es buena y que da a los accionistas del Sabadell un beneficio por acción un 25% más elevado que el que tienen actualmente.
Cuando llegue el 7 de octubre, el plazo puede extenderse hasta 70 días. Si eso no pasa, el 14 de octubre se publicará el resultado de la oferta y entre el 17 y el 20 se hará efectiva la liquidación, es decir, el Sabadell pasará a ser controlado por el BBVA.
Ahora bien, el BBVA tiene margen para subir la oferta hasta cinco días antes no acabe este plazo.
El consejero delegado del BBVA, Carlos Torres, ha asegurado que la oferta es buena y no ha querido contemplar en ningún caso la posibilidad de subirla en su rueda de prensa. "Si no se acepta, no pasa nada, tenemos un gran banco igualmente", ha dicho. Pero tampoco se ha atrevido a dar por buena la palabra "descartar" cuando los periodistas le han preguntado de forma clara.
Lo mismo pasa con el porcentaje de acciones a que aspira por llevar a cabo la opa. En un primer momento, había asegurado que la condición mínima de aceptación era del 50%, pero en el regulador de los Estados Unidos le comunicó que podría ser del 30% y en el folleto publicado por la CNMV, aunque insiste en el 50%, dibuja escenarios hipotéticos en caso de que se consiga solo entre el 30 y el 50%.
De nuevo, Torres ha dicho en rueda de prensa que el 50% es "la condición necesaria" para sacar adelante la opa, pero tampoco se ha atrevido a responder con "sí" o "no" a la pregunta sobre si descarta la otra vía.
El directivo del banco sabe que tiene que ser un mes largo, en lo que pueden pasar muchas cosas, y prefiere no cerrar la puerta en ningún escenario a pesar de quiere dejar claro cuál es el prioritario. "Queremos el control del Sabadell", reiteró en varias ocasiones.
El folleto de la opa da también algunas cifras y detalles relevantes con respecto al futuro del banco si están unidos.
Después de unos primeros años en que respetará la marca y el emplazamiento del Sabadell, no descarta seguir haciéndolo cuando, a partir del año 2028, ya pueda sacar adelante la fusión, vetada en los primeros años por las condiciones del consejo de ministros. Unas condiciones, por cierto, que el BBVA ha llevado ante Supremo y de las que se espera una resolución.
En estos primeros años, las sinergias se reducen a 175 millones de euros, que una vez se acabe el veto allí por el 2028-2029 se elevan a 835 millones entre los 325 en ahorros de personal por el cierre de unas 300 oficinas y los 510 de ahorros generales sobre todo por tecnología y administración.
El BBVA espera tener con la compra 5.400 millones de euros más de capacidad para financiación. Y asegura que habría ganado 2.000 millones de euros más en el ejercicio cerrado de 2024 si hubieran estado juntos. En vez de los 10.575 millones, habría llegado a los 12.539, un 18% más.