Tal día como hoy del año 1857, hace 162 años, la Gaceta de Madrid (el precedente del actual Boletín Oficial del Estado) hacía públicos los resultados del primer censo de la historia del estado español que se había calculado con métodos modernos. El censo de 1857 era la culminación de una serie de padrones anteriores que, desde el censo de Floridablanca (1787), habían progresivamente incorporado los nuevos métodos que publicaban las academias de geografía francesas y británicas. Aquel censo de 1857 dio una población total a Catalunya de 1.652.241 habitantes, que representaban el 15,67% del estado español. Actualmente, con los últimos datos del año 2019, la proporción es del 15,95%.

Por demarcaciones, la "provincia" de Barcelona, totalizaba 713.734 habitantes (43,17% del país) ―y era la más poblada del estado español―; la de Girona, 310.970 (18,82%); la de Lleida, 306.944 (18,57%), y la de Tarragona, 320.593 (19,40%). Barcelona-ciudad censaba a 183.787 habitantes ―era la segunda ciudad del estado español en volumen poblacional―, con los pueblos del plano sumaba 234.809 (14,21% del país) y era la primera área demográfica de la península. En la "provincia" de Barcelona, además de la capital, había 9 ciudades que superaban a los 10.000 habitantes. Las que lideraban este ranking eran Gràcia (17.147), Mataró (16.595), Manresa (15.264) e Igualada (14.000).

Aquel censo ponía de relieve lo que, casi cien años antes, había apuntado el de Floridablanca (1767): el desplazamiento de la población del interior del país hacia los incipientes centros industriales, que en 1857 ya estaban consolidados. En la "provincia" de Tarragona, la tendencia clara era la concentración hacia las zonas urbanas industriales. En aquella demarcación había cuatro ciudades que superaban los 10.000 habitantes: Reus (28.171) ―que era la segunda ciudad de Catalunya―, Tortosa (24.977), Tarragona (18.023) y Valls (13.588). Y en la de Girona pasaba tres cuartos de lo mismo: tres ciudades superaban a los 10.000 habitantes: Girona (14.615) Olot (10.452) y Figueres (10.370).

En cambio, en la "provincia" de Lleida, con un despliegue industrial menor, se mantenía el modelo de poblamiento rural tradicional. Con una población total similar a las demarcaciones de Girona y de Tarragona, sólo la capital superaba a los 10.000 habitantes: Lleida concentraba a 19.627 habitantes ―y era la tercera ciudad del Principat―. Pero en cambio, tan sólo dos ciudades de la "provincia" estaban sobre la raya de los 5.000 habitantes: Balaguer (5.368) y Cervera (4.499). El resto de población estaba distribuida en una amplísima franja de pequeñas ciudades entre los 1.000 y los 3.000 habitantes; muchas de las cuales, actualmente, han perdido entre el 50% y el 75% de su censo con respecto a 1857.