Tal día como hoy del año 1359, hace 659 años, se documenta por primera vez en la historia militar catalana el uso de una bombarda. Sería en el transcurso de la Batalla de Barcelona, que enfrentaba a las armadas navales catalano-aragonesa y castellano-leonesa, y en el contexto de la llamada Guerra de los dos Pedros (1356-1375) para dirimir la supremacía en la península Ibérica y en el Mediterráneo occidental. Aquel conflicto se llamó de esta forma porque los jefes de los dos estados en conflicto eran Pedro III de Barcelona e IV de Aragón, denominado el Ceremonioso, (con el apoyo de la república de Venecia) y Pedro I de Castilla y de León, nombrado el Cruel, (con el apoyo de la república de Génova y del reino de Portugal).

La bombarda, considerada el arma de fuego portátil más antigua, era una pieza de artillería primitiva precursora del cañón que tenía un peso máximo de 9 kilos. Inicialmente disparaba proyectiles de piedra, pero posteriormente la munición pasaría a ser de fundición. En el caso de la Batalla de Barcelona —librada delante del puerto de la ciudad— se utilizaron proyectiles de piedra, uno de los cuales impactó de lleno en una galera castellana. La Cronica Regnum Aragonum et Comitum Barchinone dice textualmente: “E la nostra nau desparà una bombarda e ferí en lo castell de la nau de Castella”. También se dice que después de aquel disparo, los castellanos —que todavía utilizaban catapultas—, abandonaron precipitadamente el escenario de la batalla.