Tal día como hoy del año 1808, hace 211 años, en el contexto de las guerras napoleónicas, las tropas españolas que se habían rebelado contra el gobierno del rey José I de España (hermano de Napoleón) rodeaban Barcelona con el propósito de asaltarla. La región de Barcelona estaba defendida por 9.400 efectivos (8.000 peones y 1.400 caballos), comandados por el general Guillaume Duhesme. Por su parte, las tropas rebeldes españolas, comandadas por el capitán general Domingo de Traggia, estaban formadas por más de 20.000 efectivos (19.500 peones y 780 caballos).

Aquella operación militar, conocida como el Bloqueo de Barcelona, se prolongó por espacio de tres meses y medio, y se saldó con la victoria de las tropas de Duhesme. El 17 de diciembre de 1808, los asediantes españoles, temiendo la inmediata llegada de las tropas del general Laurent Gouvion Saint-Cyr, levantaron el asedio y se retiraron a Vilafranca del Penedès y, acto seguido, a Tortosa. Durante aquellos tres meses y medio, los pueblos del llano de Barcelona –especialmente Sarrià, Gràcia, Horta y Sant Andreu del Palomar- sufrieron los estragos de aquella operación militar; con importantes destrucciones.

Después de aquel episodio, Barcelona vivió un periodo de paz y de prosperidad que se hizo especialmente patente a partir de la incorporación de Catalunya al Imperio francés (12 de enero de 1812). Durante el bienio 1812-1814, la capital catalana vivió una primavera cultural, social, política y económica; y fue denominada la París del Mediterráneo. El superprefecto Pierre François Augereau recuperó la oficialidad de la lengua catalana. Y el desembarque de funcionarios franceses –que relevarían la destartalada masa funcionarial española–, representaría un impulso de modernidad y de universalidad.