Fue este miércoles cuando un espectacular alud de hielo y rocas sepultó Blatten, en los Alpes suizos. Un enorme trozo de un glaciar se desprendió y provocó un desprendimiento que enterró esta villa de montaña del cantón de Valais, que ya había sido evacuada a principios de mes a causa del riesgo de que cayeran un millón de metros cúbicos de rocas por la inestabilidad de los glaciares de Birch y Nesthron por la fundición de nieve y hielo. El cambio del paisaje en Blatten ha quedado bien registrado desde el espacio por la misión Sentinel-2 del programa Copernicus de la Unión Europea: estas son las impresionantes imágenes que muestran el antes y el después del pueblo suizo sepultado por el alud, con una semana de diferencia.
Desde la Organización Meteorológica Mundial (OMM) han celebrado que el buen uso y funcionamiento tanto de las predicciones como del sistema de alerta ha permitido salvar la vida de los más de 300 habitantes de Blatten. "Los suizos hicieron todo como un ejemplo de manual de lo que se tiene que hacer: advirtieron la población y evacuaron a las personas fuera de la zona de peligro. Ni el paisaje ni la aldea volverán a ser nunca los mismos, pero se ha mostrado cómo podemos utilizar los pronósticos y las alertas para salvar vidas", ha dicho la portavoz de la OMM, Clare Nullis.

Ahora, la amenaza en la zona de Blatten continúa presente, pero ya no proviene del glaciar Birch, sino de un lago formado por las aguas del río Lonza que han quedado bloqueadas por la masa volcada desde las alturas. También es verdad que en las últimas horas se ha observado que el agua ha empezado a abrirse paso a través de esta masa, aunque persiste el riesgo de una crecida extrema, según ha reportado el Servicio de Peligros Naturales de Valais. Es por eso que está abierta la posibilidad de que la evacuación se extienda en los pueblos situados más abajo, ya que un desbordamiento podría inundar la parte inferior del valle.

Las mediciones indican que en cinco de los últimos seis años ha tenido lugar el retroceso más rápido de glaciares que se haya observado nunca en el planeta, y que entre 2022 y 2024 se perdió una masa récord de estas. Siguiendo la compilación de datos a escala global (disponibles desde 1975), el Servicio Mundial de Monitorización de Glaciares considera que se han perdido en total más de nueve billones de toneladas. "Esto equivale a una gigantesca masa de hielo del tamaño de Alemania y de un grosor de 25 metros", ha destacado Nullis. Solo en Suiza, los glaciares alpinos han perdido un 10% de su volumen entre 2022 y 2023.
