Tal día como hoy del año 1925, hace 100 años, en Perpinyà, Francesc Macià —diputado y líder en el exilio del partido independentista Estat Català— firmaba la emisión de un empréstito de 9.000.000 de pesetas (el equivalente actual aproximado a 60 millones de euros) en bonos de 25, 100, 500 y 1.000 pesetas (el equivalente actual aproximado a 150, 600, 3.000 y 6.000 euros, respectivamente) que se destinarían a la creación y el despliegue de un ejército que tenía que impulsar la revolución para la independencia de Catalunya. Esta emisión se puso en circulación unas semanas más tarde, y su única garantía era el tesoro que gestionaría el futuro gobierno de la República catalana.
A pesar de las etéreas garantías que presentaba, aquella emisión se colocó en su totalidad. Tuvo una importancia primordial la dimensión que, en aquellos momentos (1925), ya proyectaba la figura de Macià. Los prohombres de la Lliga Regionalista (el partido hegemónico en Catalunya desde 1907 hasta el golpe de Estado de 1923) —como Puig y Cadafalch o como Cambó— estaban muy desacreditados por su ingenuidad o, directamente, por su colaboración con el régimen dictatorial de Primo de Rivera (1923-1930/31). Pero, sobre todo, fue decisiva la extraordinaria confianza que generaba el proyecto independentista de Macià.
En el interior del país, el empréstito Pau Claris fue suscrito, fundamentalmente, por personas de ideología independentista. Aquella emisión fue comercializada —de forma clandestina— a través de la también clandestina Societat d’Estudis Militars de Catalunya, por un grupo "no fichado" dirigido por el periodista Abelard Tona, que utilizaba las instalaciones de una discreta "tapadera" llamada Sociedad Cultural Cervantes, en la calle Bertrellans, 4, de Barcelona, sede clandestina del partido independentista Estat Català. Tona y su grupo lograron "colocar" unos 5,5 millones de pesetas en bonos a suscriptores de todo el país.
En el exterior del país, el empréstito Pau Claris fue suscrito, fundamentalmente, por emigrantes catalanes en el continente americano. Macià se lanzó a una frenética campaña internacional de divulgación del ideario independentista y trazó una primera etapa siguiendo la ruta de los Casals Catalans de América. En esta gira (1925-1926) logró completar la suscripción del empréstito con 700.000 pesetas en el Casal Català de La Habana, 550.000 en el de Santiago de Cuba, 500.000 en el de Buenos Aires, 125.000 pesetas en el de México, 125.000 en el de Santiago de Chile y 1,5 millones de pesetas con aportaciones individuales que se suscribieron al margen de los casals.