Tal día como hoy del año 1938, hace 85 años, en el contexto de la guerra civil española (1936-1939), a las diez de la noche, las aviaciones de los regímenes fascista italiano y nazi alemán, que combatían a favor del bando franquista, iniciaban un bombardeo sobre Barcelona, que duraría tres días (16, 17 y 18 de marzo de 1938). Durante aquellos tres días los Savoia Marchetti italianos y los Heinkel alemanes, efectuaron diecisiete ataques aéreos, exclusivamente contra la población civil; tiraron 44 toneladas de bombas en el centro de la ciudad y causaron la muerte a más de mil personas. Según la investigación historiográfica, en las semanas posteriores habrían muerto unas cuatro mil personas más que habían quedado malheridas por el efecto del bombardeo.

Aquel bombardeo, precedido por uno del 30 de enero, formaba parte de un plan diseñado por el estado mayor rebelde y sus aliados fascistas y nazis, que el general italiano Francesco Prícolo había resumido con una cita: "Hay que crear una sensación de terror inmediato entre la población enemiga, destruyendo continuamente la ciudad, los centros urbanos, todas las fuentes de vida, y someterlos a una pesadilla de la cual no puedan despertar y que los obligará a rendirse". Esta estrategia fue denominada bombardeo por saturación y se puso en práctica, por primera vez en la historia, durante el conflicto civil español, en los ataques aéreos del bando franquista sobre una ciudad vasca, Gernika (26 de abril de 1937) y una catalana, Lleida (2 de noviembre de 1937).

La reacción internacional fue de reprobación, pero los bombardeos por saturación no cesaron. Después de la masacre de Lleida, el general Franco declaró que los aviadores italianos habían confundido la capital del Segrià (entonces una ciudad de 40.000 habitantes con su inconfundible Seu Vella) con la fábrica de electricidad de Flix. Y acto seguido atacarían Tortosa, Tarragona, Barcelona o Granollers. Y después de la derrota republicana en la Batalla del Ebro (noviembre, 1938), intensificarían los ataques contra la población civil catalana, ametrallando y bombardeando las columnas de refugiados (formadas, básicamente, por mujeres, niños y gente mayor) que se dirigían al exilio. Solo en Figueres (3 de febrero de 1939) asesinaron a 281 personas, 25 de las cuales eran niños.