Tal día como hoy del año 1840, hace 183 años, en el marco de la Primera Guerra Carlista (1833-1840), a las tropas del ejército liberal, comandadas por el general Espartero, que asediaban Morella desde el 18 de mayo, entraban en la villa y se libraban al saqueo y a la masacre de la población civil. Según las fuentes documentales, Morella fue objeto de un bombardeo brutal, que fue especialmente intenso durante los tres últimos días del sitio, y que provocó la voladura del polvorín y de varias casas de la villa, causando la muerte de docenas de soldados carlistas de la plaza y de vecinos de la villa.

Según las mismas fuentes, la noche del 29 al 30 de mayo de 1840, el comandante de la plaza Pere Beltran, llamado popularmente Peret del Riu, ordenó evacuar la villa. Pero los liberales detectaron la maniobra y descargaron a sus baterías de artillería sobre las columnas de refugiados civiles. Los supervivientes de aquella masacre, aterrados por el ruido y por las bombas, intentaron retornar al interior de la villa, y se concentraron en el puente levadizo de la Porta dels Estudis. Con la acumulación de peso, se rompieron las cadenas y se abrió la puerta por donde entrarían, también, los asediantes.

Desde los bombardeos a las columnas de civiles (noche del 29 al 30 de mayo) hasta la finalización del saqueo liberal (mediodía del 30 de mayo) fueron asesinados centenares de vecinos de la villa. Algunas informaciones hablan de más de quinientos muertos sobre una población de 7.000 habitantes. Tres años más tarde (1843), estallaría una revuelta popular en Barcelona y el mismo Espartero ordenaría un brutal bombardeo sobre la capital catalana que se saldaría, también, con docenas de muertes civiles. Espartero proclamaría: “Por el bien de España, hay que bombardear Barcelona cada cincuenta años”.