Tal día como hoy del año 1705, hace 317 años, en Génova (entonces República de Génova), y en el contexto de la Guerra de Sucesión hispánica (1701-1715), los representantes del partido austriacista catalán, Domènec Perera y Antoni de Peguera, y el representante de la monarquía inglesa, Mitford Crowe, firmaban una alianza que contenía una serie de condiciones previas. Para hacer efectiva aquella alianza, el partido austriacista catalán (que operaba en la clandestinidad, pero que era ampliamente mayoritario entre la sociedad catalana); se comprometía a expulsar a los borbónicos de las instituciones políticas catalanas; producir un ejército de 6.000 efectivos; colaborar con el desembarque de la alianza internacional antiborbónica; y nombrar conde de Barcelona a Carlos de Habsburgo.

Con aquel acuerdo, la cancillería de Londres, y por extensión las de Viena, La Haya, Lisboa y Turín, que formaban la alianza internacional austriacista; reconocían a Catalunya la capacidad para firmar tratados internacionales, es decir, le reconocían la condición de sujeto político que había conservado desde la unión dinástica hispánica (siglo XV) y durante la etapa de los Habsburgo hispánicos (siglos XVI y XVII). Aquel acuerdo, también, tuvo una gran repercusión a nivel político hispánico: la proclamación de Carlos de Habsburgo como conde de Barcelona (9 de noviembre de 1705); implicaba la retirada a Felipe V de este título (que equivalía al de Hombre Principal de Catalunya); y, por lo tanto, la ruptura de todas las relaciones políticas con la monarquía hispánica.

Aquel tratado estuvo en vigor hasta 1713. Entonces en Inglaterra los whigs (los liberales) habían perdido el control del parlamento y del gobierno en beneficio de los tories (los conservadores); que iniciaron conversaciones de paz con la cancillería del rey Luis XIV de Francia (el abuelo y valedor del Borbón hispánico). El Borbón francés les ofreció importantes compensaciones económicas a cambio de la paz. La más importante el "Asiento de Negros" (el monopolio hispánico del comercio de esclavos con América); que, sorprendentemente, acabó en manos de una compañía privada inglesa, en la que participó y fue presidente el primer ministro tory. El incumplimiento inglés del pacto impulsó un encendido debate en la sociedad inglesa de la época, que sería conocido como "El caso de los catalanes".