Tal día como hoy del año 1628, hace 397 años, en Portsmouth (sur de Inglaterra), el oficial del ejército inglés John Felton apuñalaba mortalmente a George Villiers, duque de Buckingham y favorito y amante del rey Jaime I de Inglaterra y VI de Escocia. Villiers fue asesinado mientras preparaba, por encargo del rey, una expedición naval contra los protestantes franceses. Aquellos hechos se produjeron en el interior de una taberna en el transcurso de una violenta discusión y, oficialmente, se dijo que el militar que lo había muerto lo había hecho por la decepción que le había provocado en la dirección de las anteriores campañas militares. Sin embargo, la investigación historiográfica actual apunta a que habría sido asesinado por orden del Parlamento —enfrentado al rey— y Felton, un personaje alcohólico y violento, habría sido el elegido para cargar con la culpa.
Villiers nació en 1592 en una familia de la baja nobleza inglesa, no excesivamente rica pero sí muy ambiciosa, que de pequeño lo envió a educarse a Francia. En 1614, con 22 años, fue presentado al rey, con el propósito que se fijara en él. El rey Jaime, que era homosexual, lo describió como "el cuerpo mejor formado de Inglaterra" e iniciaron una relación sentimental clandestina que generaría mucha polémica. Para evitar el escándalo, el rey Jaime lo obligó a casarse con una dama de la corte, Katherine Manners, que, con el apoyo de su familia, resistió hasta donde pudo para impedir aquella farsa. No obstante, estuvieron casados durante ocho años (1620-1628), tiempo durante el cual engendraron a cuatro hijos.
Villiers fue amante de Jaume hasta la muerte del rey y, acto seguido, lo intentó con el hijo del difunto Carlos I. Jaume I había dicho de Villiers "Si Jesucristo tuvo a su Juan, yo tengo a mi George (Villiers)". Y el favorito le correspondió escribiéndole "Amo tu persona y amo todas tus partes". Fue un personaje terriblemente impopular y especialmente odiado por las figuras más influyentes de la política inglesa. Sus contemporáneos lo describieron como un elemento totalmente incapaz para llevar a buen puerto las misiones de alta política que le encargaba el rey y únicamente dedicado a pulir y hacer lucir su imagen. Poco después de su muerte, corrió el rumor de que Carlos I, el hijo de Jaume I, lo habría hecho asesinar en un ataque de celos porque habría tenido un affaire con otro hombre de la corte.