La gasolina va camino de llegar a su precio récord. Tras comenzar el año con cuatro semanas consecutivas al alza, la gasolina se acerca cada vez más al precio récord que alcanzó en septiembre de 2012, hace casi diez años, impulsada por el encarecimiento del petróleo y el aumento de la movilidad tras la fase más dura de la pandemia. En la última semana, la gasolina ha marcado un precio medio de 1,52 euros el litro, su segundo valor más alto de la historia, según los datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea, mientras que el gasóleo subió hasta 1,403 euros, situándose en niveles no registrados desde 2013. De mantenerse la tendencia alcista con la que han iniciado el año ambos carburantes, la gasolina superará en los próximos días su máximo histórico, vigente desde la semana del 3 de septiembre de 2012, hace casi diez años, cuando alcanzó los 1,522 euros, mientras que el gasóleo sigue aún algo lejos de su récord de 1,443 euros.

Inicio de la escalada

Tanto la gasolina como el gasóleo han vuelto a retomar en las primeras semanas de este año la escalada que empezaron el mes de noviembre de 2020, cuando empezaron a subir casi de manera ininterrumpida. Esta escalada solo se vio frenada durante el pasado mes de agosto, en pleno verano, coincidiendo con el aumento de la movilidad registrado en las carreteras españolas. La gasolina ya estuvo cerca de batir su máximo histórico durante el pasado noviembre, pero la llegada de las fiestas navideñas frenaron su ascenso y permitieron que despidiese 2021 con cuatro semanas consecutivas de caídas.

En este contexto de altos precios de los carburantes, llenar un depósito de 55 litros con gasolina cuesta alrededor de 84 euros, frente a los 77 euros que supone hacerlo con gasóleo, lo que supone pagar 17 euros más que hace un año en el caso de la gasolina, y 16 euros más en el del gasóleo. Además, si se compara el precio de ahora con el de la misma semana de 2020, unos meses antes de que estallara la pandemia de covid-19, repostar con gasolina tiene un precio 12 euros superior, frente a los 9 euros que se ha encarecido el gasóleo.

Por debajo de la media europea

Pese a los niveles históricamente elevados que registran a día de hoy los carburantes en España, el precio está por debajo de la media europea, así como del resto de grandes potencias del continente. Según la estadística europea, el precio medio de la gasolina en los 27 socios comunitarios ha alcanzado durante la última semana los 1,66 euros el litro, mientras que el gasóleo se paga a 1,547 euros. Países Bajos (2,002 euros), Finlandia (1,892 euros) y Dinamarca (1,843 euros) son los países que cuentan con la gasolina más cara de toda Europa, mientras que si se analizan los precios del gasóleo, Suecia encabeza la clasificación con un precio de 1,971 euros, seguido nuevamente de Finlandia (1,804 euros) y Países Bajos (1,698 euros). Por el contrario, para encontrar la gasolina más barata del continente hay que irse hasta a Bulgaria (1,227 euros), Polonia (1,273 euros) y Rumanía (1,307 euros), y en el caso del gasóleo se encuentra en Malta, que con un precio de 1,21 euros el litro supera a Bulgaria (1,25 euros) y Polonia (1,285 euros).

El precio de los carburantes en España también es menor que el de las grandes potencias europeas, como Alemania, donde la gasolina se paga a 1,743 euros y el gasóleo a 1,616 euros; Francia, con un precio de 1,724 euros en el caso de la gasolina y de 1,654 euros para el gasóleo; e Italia, que alcanza los 1,778 euros para la gasolina y 1,647 euros el gasóleo. Por su parte, Portugal también cuenta con un precio de los carburantes más elevado que en España, concretamente con 1,736 euros para el litro de gasolina y 1,591 euros el de gasóleo.

Las causas del encarecimiento

Detrás de este incremento de precios de los carburantes está el encarecimiento del barril de petróleo Brent, el de referencia en Europa, así como el aumento de la demanda de carburantes provocado por la mayor movilidad registrada en los últimos meses. En este sentido, durante esta semana el crudo del mar del Norte superó los 90 dólares por barril por primera vez desde octubre de 2014, un precio elevado motivado por las tensiones geopolíticas en Oriente Medio y el este de Europa y el bajo nivel de producción de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus socios. Así, un progresivo aumento de la demanda a medida que los países empiecen a retirar las restricciones de movilidad, sumado a la escasa oferta de petróleo por parte de los grandes territorios exportadores podría empujar el precio del barril de crudo Brent por encima de los 100 dólares.