La fiscalidad y la necesidad de que esta sea "competitiva" ha sido el tema principal de las jornadas sobre fiscalidad que se ha celebrado hoy en Foment del Treball, en el que se pide la supresión de algunos impuestos -como el de patrimonio- y que se homogeneíce el sistema a todas las comunidades autónomas, entendiendo la fiscalidad como "herramienta para atraer talento".
La charla ha girado en torno a "el excesivo peso tributario que aguantan nuestras empresas", en el que han participado al presidente de Fomento, Josep Sánchez Llibre; el secretario general de la patronal, Salvador Guillermo; el presidente de la comisión de economía y fiscalidad, Valentí Pich; el Director de Economía y Fiscalidad de la CEOE, Gregorio Izquierdo y el secretario técnico del Consejo de Economistas, Luis del Amo.
Durante la jornada se ha puesto de manifiesto la fiscalidad como herramienta fundamental con el fin de generar un entorno competitivo y eficiente, tanto para las empresas como para la sociedad en general. Un modelo impositivo eficiente es "una gran capacidad de captación de talento e inversiones", aseguran desde la patronal, a la vez que alertan de que ciudades potentes como Barcelona y Madrid no están al frente de todos los rankings en gran parte por la fiscalidad, "que en nada favorece la atracción de talento". Al mismo tiempo, "nos encontramos en una economía globalizada, dónde las decisiones de carácter impositivo, no pueden ser ajenas a lo que se vuelve en nuestro entorno más inmediato", ha asegurado Guillermo.
Además, Guillermo ha aseverado que el sistema fiscal es relevante en la toma de decisiones de empresas y ciudadanos y representa una palanca esencial que determina la competitividad de un territorio. En definitiva, "no se trata tanto de exigir mayores cargas fiscales a los contribuyentes, ni de reducir los recursos públicos de la Administración para hacer frente a los principales fundamentos del Estado del Bienestar -Sanidad y Educació-, sino de explorar e incentivar una actividad económica responsable que contribuya fiscalmente a sus obligaciones y que evite a un modelo impositivo disuasivo para ciudadanos, empresas y talento internacional". Así, "Catalunya tendría que tener y transmitir la idea de ser un territorio atractivo a nivel fiscal".
En el ámbito empresarial, el director de Economía de la CEOE, Gregorio Izquierdo, ha asegurado que "la carga fiscal que soportan nuestras empresas es excesiva", y ha explicado que la proporción de recaudación en España procede de las empresas y es considerablemente superior a la media europea, ya que los ingresos públicos que aportan respecto del total –suma del Impuesto de Sociedades y Cotizaciones Socials- es del 30,4% en España, mientras que en la Eurozona es del 26,2%. Al mismo tiempo, Izquierdo también ha alertado del gasto público español, en el que dice que "se tendría que recortar, ya que es del 41,4% a España, muy por encima del 32% que representa la media mundial.
La economía sumergida
La lucha contra el fraude ha sido otro de los puntos candentes de la jornada. En España, entre los años 1991-2015 la economía sumergida ha sido por término medio el 25,2% del PIB, y es una de las economías de la OCDE con los valores más altos de fraude. Sánchez Llibre ha aseverado que "hace falta que se reconozca judicialmente que una parte importante del PIB está dedicada a la economía sumergida, y desde Fomento planteemos un mecanismo a fin de que la administración española -en el plazo de 4 años- pueda plantear una estrategia para rebajar en 10 puntos el peso de la economía sumergida, que supondría un incremento anual de más de 40.000 millones de euros a la sociedad".
En este sentido, Izquierdo ha apuntado que "hace falta eficiencia en funcionamiento, ya que la economía sumergida es un problema de país, no puede ser que sea tanto elevada porque genera distorsiones entre la gente: los que pagan y los que no pagan".
Por último, y como ya ha reiterado varias veces esta patronal, se reclama la supresión del Impuesto del Patrimonio. Según Foment, "se tendría que abolir el impuesto de patrimonio, que se creó con objetivo censal pero ahora ya no tiene sentido. Con respecto a los motivos redistributivos, su efecto redistributivo es manifiestamente nulo; si nos fijamos en los países nórdicos con mayor nivel de bienestar, hace años que han eliminado este impuesto".