Rostro serio, mirada perdida y alguna sonrisa nerviosa. Así ha salido Ernesto Valverde en la comparecencia de prensa previa al partido de Liga contra el Getafe. Una sensación extraña después de la decepción de Anfield, pero todavía pensando en blaugrana.
Aún no quiere marcharse
"Me siento con fuerzas y queremos enfrentar la situación y no escondernos bajo una piedra", ha dicho en referencia a su futuro. De esta manera ha intentado desvanecer dudas sobre una posible renuncia y, de momento, la deja de lado. Además, también se siente apoyado por la directiva y por el presidente Josep Maria Bartomeu, con quien asegura que ha hablado después del desastre de Liverpool.
Pero aunque todavía se siente con ganas de entrenar al Barça, ha asegurado sin esconderse que "estamos tocados, no negaré la realidad". La mirada no está puesta en el triplete, ni tampoco hacia atrás; Valverde quiere mirar hacia adelante y rehacer los ánimos contra el Getafe en una Liga ya intranscendente. "Tenemos que dar un paso adelante, pero es duro y complicado", añade.
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También dice que perdieron "de una manera aparatosa" en la Champions, pero "tenemos que superar lo que se ponga por delante". "Cuando hay un batacazo así siempre hay una ocasión para todo el mundo. Podemos hacer una recriminación conjunta al entrenador, en el extremo izquierdo, el central... pero creo que es una oportunidad para ayudar al equipo y para levantar a la gente. Nuestros enemigos esperan que nos peguemos entre nosotros", ha manifestado.
Ganas de ilusionar
Y para reflotar la situación ha seguido con la idea de la ilusión: "Este grupo tiene capacidad de ilusionar a la gente". Pero más allá de todo, afirma que "ha sido una buena temporada". Una Liga, final de Copa y semifinales de Champions.
También ha pedido el apoyo de la afición, aunque "se puede manifestar cómo crea conveniente". "Creo que es una oportunidad de ayudar al equipo e intentar levantarlo", añade.
Pero ha añadido poco más sobre el partido de Anfield: "No he visto el partido porque lo tengo bien en la cabeza. estuvimos como para poder marcar. Los dos goles en dos minutos nos tumbaron a la lona. Cuando te marcan cuatro goles y te remontan un 3-0, los análisis siempre caen hacia el lado malo". Pero esta derrota, como si fuera un KO de boxeo, también es similar a la sensación de persecución que vive personalmente: "Fue como La Gran Evasión, aquella película en que unos reclusos quieren escapar de un campo de concentración. Y me siento como Steve McQueen en la celda de castigo".
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Y Valverde, igual que el equipo, necesita pasar página rápido. Tres partidos restantes con un título en juego: "Aún no ha acabado la temporada y tenemos un partido importantísimo en que nos jugamos un título".
Quita importancia a los jugadores
Sobre nombres propios, ha hablado de la lesión de Luis Suárez, asegurando que "no soy médico y sé que él ha aguantado por carácter. Si se tiene que operar, se tiene que operar". De Rakitic y la Feria de Abril dice que lo hablaron y que "se marchó con la familia y alguien se hizo una foto con él". Sin más importancia.
Y finalmente también ha comentado como afecta la edad a la plantilla y a nombres propios como Messi, Piqué y Busquets: "No sé descifrarlo, pero está claro, y lo digo por experiencia porque fui jugador. Cuando pasas de los 30 vas perdiendo facultades y eso se nota. Empiezas a descontar. Pero nosotros tenemos Messi, que es un portento de la naturaleza".