El Tottenham nunca había estado tan pendiente de la final de los Juegos Asiáticos. El equipo inglés ve cómo uno de sus futbolistas estrella, Son Heung-min, agota la última vía para evitar el servicio militar obligatorio de Corea del Sur. El mediocampista de 26 años, capitán de su selección, necesita ganar la medalla de oro para saltarse una ley que el país asiático aplica a todos los menores de 28 años.

Los surcoreanos han llegado a la final de los Juegos después de superar a Vietnam en las semifinales (1-3) y se jugarán el título contra Japón, que ha eliminado a los Emiratos Árabes (1-0). El partido del próximo 1 de septiembre marcará a fuego la carrera de Son, por una banda u otra. Si el futbolista de la Premier League no consigue el título de un torneo sub-23, tendrá que aparcar el fútbol en el mejor momento de su carrera.

La tensión llegó a cotas máximas en la prórroga contra Uzbekistán en los cuartos de final. Lee Seung-woo transformó un penalti en el minuto 118 para sumar una victoria agónica (3-4). Son no quiso ni mirar el disparo.

El pasado Mundial de Rusia supuso una oportunidad perdida para el talentoso mediocampista. La clasificación para los octavos de final tenía el mismo premio que la medalla de oro en los Juegos Asiáticos que se celebran en Indonesia. Pero la selección de Corea del Sur no superó la fase de grupos y acabó por detrás de Suecia y México.

El servicio militar coreano tiene una duración mínima de 21 meses y una máxima de 36 meses en función del itinerario que se elija. En el caso de no conseguir la exención, existe un club de fútbol coreano llamado Sangju Sangmu, actualmente en la Primera Divisó, que acoge a todos aquellos futbolistas que tienen que recibir formación militar.