La aventura de Andreas Christensen por las filas del Barça puede llegar a su final más pronto que tarde. Actualmente no está cómodo en el vestuario, ya que considera que no le valoran como se merece, y cree que ha hecho méritos para tener un rol mucho más protagonista. Y es que esperaba que fuera el gran beneficiado por la inesperada salida de Íñigo Martínez, quien se comprometió con el Al-Nassr de Cristiano Ronaldo hace unas semanas.
Todo el mundo esperaba que el elegido por Hans-Dieter Flick para ocupar su puesto, y convertirse en el nuevo socio de Pau Cubarsí, fuera el internacional danés. Es el perfil más similar al experimentado central vasco que existe en la plantilla, pues también destaca por su facilidad para salir con la pelota controlada desde la defensa, y se encuentra muy cómodo en el perfil zurdo. Pero, por ahora, su apuesta ha sido Ronald Araújo.
De manera incomprensible, ‘Hansi’ se ha decantado por el ‘4’, pese a que no entraba en sus planes, y en el Camp Nou le estuvieron buscando un comprador de forma insistente durante todo el verano. Y esto no ha gustado al ex del Chelsea, del Brondby y del Borussia Mönchengladbach, que cree que ha hecho méritos para ser titular habitual, ahora que ya está totalmente recuperado de los problemas físicos que le impidieron jugar durante la campaña anterior.
Pero la cosa no acaba aquí. Christensen también se ha mostrado muy molesto después de haber escuchado los rumores que afirman que Joan Laporta y Deco tienen la intención de invertir una importante cantidad de dinero en el desembarco de un central galáctico el siguiente verano. Alessandro Bastoni, del Inter de Milán, parece ser el gran favorito, y esto acabaría de dejarle sin opciones de tener continuidad en los sistemas del Barça.
Sin descuidar que no existe todavía ningún acuerdo para ampliar su contrato, y las conversaciones con la directiva parecen estar totalmente paralizadas. Todo esto provoca que su futuro, en estos momentos, se encuentre lejos del proyecto de Flick.
Christensen queda libre el 30 de junio
No hay que olvidar que Christensen es la única pieza de la plantilla del Barça que tan solo tiene un vínculo válido hasta el 30 de junio, y al acabar la temporada se convertirá en agente libre.
Si todo sigue como hasta ahora, acabará diciendo adiós a coste cero. Pero Laporta prefiere venderlo en enero, para obtener una compensación económica.