La llegada de David Soria al Real Madrid es prácticamente un hecho. Aunque aún no se haya producido ningún tipo de comunicado oficial, está cerrado totalmente el regreso del portero de 30 años, que tendrá la misión de ser el suplente de Thibaut Courtois. Por lo tanto, ocupará el lugar que dejará vacante Andriy Lunin con su marcha. El ucraniano finaliza contrato en 2024, y ha advertido a Florentino Pérez que no desea continuar otra temporada más.

Está cansado de ser un actor secundario, y desea marcharse a otro conjunto donde le garanticen minutos y continuidad. Carlo Ancelotti no puede prometerle eso, así que en el Santiago Bernabéu estudiarán la venta del ex del Oviedo, del Valladolid, del Leganés o del Zorya Luhansk, siempre y cuando reciban a cambio unos 10 millones de euros. Eso obliga a buscar a un nuevo arquero, y el elegido es el crack del Getafe, que se ha convertido en uno de los mejores de La Liga Santander.

Ya hay un acuerdo verbal con el futbolista, pero falta llegar a un entendimiento con la directiva del combinado dirigido por José Bordalás. A priori, se especulaba con un traspaso valorado en unos tres 'kilos', un precio de ganga. No obstante, el presidente ha encontrado la manera de conseguir que aterrice de forma totalmente gratuita, incluyendo a un crack sin espacio en los planes de ‘Carletto’ en la operación, que acabará haciendo el camino inverso.

Mientras Soria desembarcará en el Madrid, Juanmi Latasa se quedará en el Coliseum Alfonso Pérez, en esta ocasión, en propiedad. El delantero centro de 22 años de edad aterrizó el pasado verano en calidad de cedido, y aunque haya tenido una participación testimonial, acumulando un total de 557 minutos repartidos en 21 partidos, consiguiendo ver portería en dos ocasiones, han aceptado que forme parte de este cambio de cromos.

De modo que Florentino Pérez ha conseguido ahorrarse tres millones, a cambio de sacrificar al ariete de 192 centímetros.

Latasa, recomendado por Raúl González Blanco

Latasa llegó a debutar con el primer equipo del Madrid antes de marcharse, aunque no pudo consolidarse. Ancelotti no le dio la confianza necesaria, pese a que Raúl González Blanco hablaba maravillas de él, y estaba convencido de que tenía el potencial necesario para poder formar parte de la plantilla profesional.

Tendrá que demostrarlo en las filas del Getafe.