La noche antes de debutar en Shanghái, Rafa Nadal, se fue a dormir tarde. Estuvo enganchado en la televisión hasta altas horas de la madrugada contemplando, una a una, las intervenciones de los parlamentarios catalanes referentes a las declaraciones respecto de Catalunya y la independencia, un tema que al tenista número uno del mundo le quita el sueño.

Carles Puigdemont declaró la independencia, pero la dejó en suspenso para diagogar, y Nadal lo vió. "Ayer me quedé hasta casi las tres de la madrugada viendo todo en directo, todo lo que pasó al Parlament," ha explicado hoy a los medios de comunicación en una rueda de prensa, después de haber ganado su partido de debut del torneo. "Veremos lo que pasa. Para mí es una situación, como ya dije, triste, tengo mi opinión que lo he expresado dentro de la medida de lo que la puedo expresar, creo yo, con como de complicado es el tema", ha apuntado.

El tenista, muy cuidadoso con sus palabras y sin quererse meter en un jardín, ha explicado que "diga lo que diga se malinterpreta por las dos bandas". A pesar de todo, "simplemente espero que se solucione el tema, para mí eso es lo único prioritario y yo soy sólo un espectador de lo que está pasando y mi mejor deseo es que todo acabe de la mejor manera posible".