Julen Lopetegui ya ejerce como entrenador del Real Madrid. El técnico, que abandonó la selección española por la puerta de atrás, se ha presentado en el palco del Santiago Bernabéu al lado de un enfurecido Florentino Pérez. Y lo ha hecho con un discurso que se adapta como anillo al dedo al de su nuevo club.

Como era previsible, Lopetegui ha cambiado de opinión en unas semanas. Hace unos días decía en una entrevista que Leo Messi era el mejor jugador del mundo. Hoy, la historia ha sido muy distinta. "Cristiano es el jugador que quiero tener siempre a mi lado y, evidentemente, el mejor del mundo está en el Real Madrid", ha dicho entre los aplausos de los palmeros que denigraban el acto.

El nuevo entrenador blanco, entre lágrimas, ha asegurado que "hoy es el día más feliz de su vida", después de recordar con un mal sabor de boca la destitución como seleccionador: "La lealtad es decir la verdad. El acuerdo tenía que cerrarse antes del Mundial y no durante. Tengo claro que lo dije para ser honesto con todo el mundo y los jugadores lo entendieron perfectamente".

"No creo que tenga que dar muchos más detalles", ha seguido Lopetegui para justificar la decisión de fichar por el Madrid a dos días de debutar contra Portugal en el Mundial de Rusia. "Sólo nos ha movido ser transparentes", ha dicho antes de ganarse a su nueva afición con una frase que no coincide con los últimos acontecimientos: "Sé que soy una persona leal y eso lo aprendí en el Real Madrid".

Lopetegui también ha reconocido que actuaría de la misma manera si pudiera volver atrás: "Sólo cambiaría la reacción de Rubiales, pero no lo puedo hacer. Estamos convencidos que lo hemos hecho todo de manera absolutamente clara y honesta". Los silbidos de la plana mayor del palco del Bernabéu a alguna pregunta de los periodistas ha acabado de poner la guinda a una rueda de prensa que alimenta el serial entre el Madrid y la Federación Española.