La gran victoria del FC Barcelona sobre el Real Madrid en el último Clásico de la temporada dejó a los azulgranas con LaLiga prácticamente sentenciada. El conjunto dirigido por Hansi Flick protagonizó una remontada épica ante los blancos, superando un marcador adverso de dos goles y demostrando que el equipo vive uno de sus mejores momentos en años. La afición del Lluís Companys vivió una tarde mágica, entregada al máximo a su equipo, y el pitido final desató un auténtico delirio. Esta victoria supuso la cuarta consecutiva del Barça ante el eterno rival en una misma temporada, un hito sin precedentes que alimenta el sentimiento de estar ante el inicio de una nueva era.
Hansi Flick, la clave principal en el éxito del Barça
Entre las claves que hacen de este Barça un equipo campeón destaca la figura de Hansi Flick. El técnico ha conseguido una cohesión muy fuerte en el vestuario. Ha recuperado a varias causas perdidas como Frenkie de Jong o Ferran Torres, y ha hecho que casi todos los futbolistas se sientan protagonistas, teniéndolos a punto para cualquier reto.

No obstante, como en todas las familias, no todas las relaciones en el vestuario son igual de fluidas. Robert Lewandowski, uno de los pesos más pesados del vestuario y uno de los jugadores más experimentados, no recibe buenas caras de todos sus compañeros. Sin ir más lejos, no tiene la sintonía con los otros delanteros que sí tienen Raphinha y Lamine Yamal.
Ambos han mostrado preferencia por Ferran Torres, al que consideran en mejor forma y más decisivo para los partidos clave. Consideran que trabaja más por el equipo, es más solidario y nada impositivo, todo lo contrario que Robert. De hecho, fueron ellos quienes sugirieron a Flick alinear a Ferran en los duelos importantes ante el Inter de Milán en Champions y en el Clásico.

Lamine Yamal y Raphinha prefirieron a Ferran Torres
Pese a que Lewandowski trabajó intensamente para recuperarse de su lesión y llegó justo a tiempo para el partido europeo, su rendimiento en los minutos que disputó fue discreto. Tanto Raphinha como Lamine interpretaron que su presencia no sumaba y que podía suponer más un lastre que una solución. Estas valoraciones, sumadas a la pérdida de protagonismo, han generado un evidente distanciamiento dentro del grupo.
El ambiente en el vestuario, aunque en general es positivo, también refleja que hay ciertas tensiones. En este caso, Lewandowski se siente señalado y desplazado. No participó en las celebraciones del equipo tras el Clásico, ni en el césped ni en el vestuario, lo que alimenta aún más los rumores de aislamiento.
Aunque el polaco es un futbolista experimentado y profesional, empieza a ser evidente que su rol dentro del equipo ha cambiado. Y lo más preocupante para él no es solo perder minutos en el campo, sino notar que sus propios compañeros no lo consideran imprescindible.