El Girona ha logrado este domingo un valioso empate en su visita al Real Madrid (1-1). Y eso que, con 0-0, el equipo de Míchel ha fallado muchísimas ocasiones de gol, errores que parecían que serían letales cuando Vinícius ha marcado el 1-0 ya bien entrada la segunda mitad. Poco después, sin embargo, el VAR ha visto unas manos de Marco Asensio dentro del área, un penalti que Stuani no ha desaprovechado para lograr el 1-1. Ha sido entonces cuando el Girona ha demostrado su gran personalidad, defendiendo muy bien hasta el pitido final, que ha llegado en el minuto 100.

El Real Madrid, pues, suma su segundo partido sin ganar, después de perder en Leipzig en la quinta jornada de la Champions League. El Girona, por su parte, logra un punto de autoestima en su lucha por salir de la zona de descenso, al demostrar que puede competir con el actual líder de la Liga.

Rodrygo Real Madrid / Foto: EFE
Rodrygo, después de fallar una clara ocasión de Real Madrid / Foto: EFE

El Girona perdona al Real Madrid

Ya desde el pitido inicial se ha podido comprobar que el Girona no iba a variar su forma de jugar. Los de Míchel han salido con las líneas adelantadas y no han dudado en subir al ataque con muchos efectivos cada vez que recuperaban el balón. Ya en el minuto 3, Taty Castellanos ha podido marcar, pero su remate de cabeza ha salido fuera. La réplica del Real Madrid la ha protagonizado Rodrygo, que se ha encontrado con un inspirado Gazzaniga (9'). A medida que han ido pasando los minutos, el Real Madrid ha intentado hacerse con el dominio, someter al Girona con largas posesiones, pero no ha servido, ya que el equipo de Míchel ha seguido valiente, en busca de la victoria. En el minuto 19, Valery ha disparado cruzado, y la respuesta ha sido otro intento de Rodrygo, que se ha encontrado con el palo (23'). 

La tónica del ida y vuelta se ha mantenido durante toda la primera mitad. El Real Madrid, incapaz de generar peligro, lo ha intentado con varios disparos lejanos, mientras que el Girona intentaba generar peligro por las bandas. La ocasión más clara de los visitantes ha llegado poco antes del descanso, en un zapatazo de Yangel Herrera que se ha estrellado en el larguero de la portería de Courtois (38').

Stuani Girona Real Madrid EFE
Momento en el que Stuani empata desde el punto de penalti / Foto: EFE

El Girona empata y resiste

El Real Madrid ha salido con una marcha más tras el descanso, consciente de que un partido que pensaba sencillo se le estaba complicando por momentos. Aún y así, el equipo de Carlo Ancelotti ha seguido teniendo muchos problemas para generar ocasiones claras de gol. Solo Vinícius, a través de acciones personales, era capaz de superar las líneas defensivas, mientras que el Girona seguía respondiendo con salidas al espacio sin ningún tipo de complejo.

En el minuto 65, el Girona ha tenido la mejor ocasión del partido. Valery se ha quedado solo ante Courtois, pero ha decidido disparar cuando tenía a un compañero solo al lado para marcar a portería vacía. Al acción ha sido anulada por fuera de juego, que no era, por lo que el gol habría subido al marcador. Y como suele ser habitual, el que perdona en el mundo del fútbol lo acaba pagando. En el minuto 70, Vinícius ha marcado el 1-0 tras un centro raso de Valverde, en la que era la primera ocasión del Real Madrid en toda la segunda mitad. Acto seguido, Marco Asensio ha podido hacer el 2-0, pero Gazzaniga lo ha evitado con una gran intervención. Y ha sido entonces cuando el partido ha enloquecido por completo. El árbitro ha parado el juego al ser avisado por el VAR de un posible penalti por manos de Marco Asensio en un centro del Girona. Las manos habían existido, por lo que Stuani se ha ido hasta los 11 metros, para igualar el encuentro (80'). Y seguidamente el Girona ha podido marcar el 1-2, pero Riquelme no ha conseguido golpear bien el balón. El tramo final ha sido frenético, con un Real Madrid yendo con todo a por la victoria, con el añadido de que el árbitro ha decretado 9 minutos de alargue. El equipo blanco, de hecho, ha marcado. El gol, de Rodrygo, ha sido anulado porque el portero tenía la pelota controlada con la mano.