Sir Bradley Wiggins es una auténtica leyenda del ciclismo. Y es que en su palmarés, además del Tour de Francia del 2012, hay 8 medallas olímpicas -5 de oro-, 7 campeonatos del mundial de ciclismo en pista y el Mundial de Contrarreloj del 2014. Su legendaria carrera provocó que en el 2013 el ciclista fuera condecorado por la reina Isabel II con el título de 'Sir'.

En el 2016, con 36 años, decidió bajarse de la bicicleta, un cambio de vida que no llevó nada bien, como ahora explica en su autobiografía, The Chain, que saldrá a la venta el 23 de octubre, y al que el diario The Times ha tenido acceso a un extracto.

Bradley Wiggins Wikimedia Commons
Bradley Wiggins, celebrando una etapa del Giro de Italia / Foto: Wikimedia Commons

Una infancia muy dura: abusos y malos tratos

Uno de los momentos más duros de la vida de Wiggins fue cuando a los 13 años fue víctima de abusos sexuales por parte de su entrenador. Su padrastro, además, era violento con él, lo que le llevó a esconder los abusos que había recibido por miedo a las represalias. "Mi padrastro era bastante violento conmigo, solía llamarme mal por usar lycra y esas cosas, así que no pensé que podría decírselo", recuerda Wiggins.  "Me volví tan aislado... Fui un adolescente bastante extraño en muchos sentidos y creo que el hecho de ir en bici surgió de la adversidad".

Otro de los momentos más complicados de su vida los vivió recientemente, en el 2023, cuando un tribunal le declaró en bancarrota. Con una deuda superior al millón de euros, Wiggins vio como le podían embargar todos sus bienes, incluidas sus medallas olímpicas. "Mis problemas financieros han durado algunos años sin un final aparente a la vista. Es un asunto muy histórico que implica negligencia profesional por parte de [otros] que ha dejado un montón de mierda con mi nombre al frente para tratar", afirma el exciclista.

Bradley Wiggins JJOO Wikimedia Commons
Bradley Wiggins, en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 / Foto: Wikimedia Commons

Su adicción a la cocaína

Sin embargo, el relato más impactante es el que hace referencia a la adicción a la cocaína, droga que empezó a consumir compulsivamente cuando se retiró del ciclismo. "Era un adicto funcional a la cocaína. Estuve colocado la mayor parte del tiempo durante muchos años. "Pude consumir unos 120 gramos de cocaína, no sé cómo no me morí. No me gusta pensar en ello", relata.

Y en el extracto al que ha tenido acceso aparece uno de los relatos más crudos de la vida de Wiggins. "Ahí estaba yo, en un armario, esnifando cocaína [en mi medalla de oro], burlándome de mi logro, odiándolo por lo que creía que me había traído. Era como mear en la tumba de alguien, y en ese momento me meaba en la mía. La medalla de oro, el Tour de Francia... Todo había muerto para mí. La persona que había sido en París y Londres también había muerto para mí. De hecho, hablé por FaceTime con un compañero durante esa depravación. "¡Mira qué gracioso soy, consumiendo cocaína con mi medalla olímpica de Londres!".