La asociación European Leagues, que representa a las ligas europeas, reafirmó el pasado jueves en la 46ª asamblea del organismo celebrada en Praga, su compromiso con las competiciones abiertas. Tanto el organismo como las ligas europeas, incluida LaLiga, firmaron un documento con el que se comprometieron a seguir promoviendo "competiciones abiertas con ascensos y descensos", a seguir con un "sistema de clasificación para las competiciones europeas basado en el mérito deportivo a través de la clasificación anual procedente de las competiciones nacionales". El comunicado también fue respaldado por los principales actores del fútbol europeo: la UEFA, que aglutina a las federaciones: Fifpro, que representa a los futbolistas; FSE por parte de los aficionados; y ECA, asociación de clubes europeos.
Por otro lado, se estableció la importancia de las políticas de buena gobernanza en el fútbol, para lo que resaltan que es necesaria "una estructura de buena gobernanza y diálogo que implique a las principales partes interesadas de la economía del fútbol para tener voz e impacto", de acuerdo con el comunicado. Igualmente, señalan que "los órganos de gobierno son los más adecuados para implicarse de forma significativa y ofrecer un equilibrio justo para los intereses de las partes legítimas en los procesos de toma de decisiones europeos, en lugar de organizaciones con fines puramente lucrativos", una posible referencia a proyectos como el de la Superliga, auspiciado por el Real Madrid, FC Barcelona y Juventus FC, y que pretende romper el 'statu quo' del todo el fútbol europeo y que es rechazado plenamente por todas las ligas nacionales en su conjunto.
Las ligas europeas aprovecharon también para recordar que lo que este organismo defiende cuenta con el apoyo "de forma unánime de la Comisión Europea, el Parlamento Europeo, el Consejo de la UE y la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, así como de los gobiernos nacionales, instituciones públicas y las partes interesadas de todo el continente" y que "el fútbol es más que un negocio y un bien de consumo", ya que "genera una economía que es socialmente responsable para la ciudadanía de toda Europa". Por esa razón, recalcan que no se puede "permitir que el fútbol se debilite o se vea amenazado por tentaciones económicas a corto plazo ni por materializaciones de poder mundial", porque "cualquier intento de mostrar un objetivo similar por parte de entidades privadas es ilusorio".
Por ello, otro de los compromisos es garantizar "un modelo de solidaridad justo y equilibrado que aspire a apoyar el desarrollo del deporte en sus niveles inferiores, que se basan en el entrenamiento, el desarrollo y la participación".