Isabel Díaz Ayuso tuvo lo que quería: ser la gran protagonista de la Conferencia de Presidentes que se celebró en el Palau de Pedralbes de Barcelona. Desde que apareció con un look perfectamente estudiado (con un vestido drapeado, de corte midi, escote redondo y ajustado) del color conocido como rojo Madrid, el de la bandera de la comunidad que preside (que también es el color del PSOE), centró toda la atención y sus gestos y actos fueron noticia durante toda la cumbre. Primero, con un pique de alta tensión delante de las cámaras con la ministra de Sanidad, a la que recriminó que quisiera saludar a una "asesina", después con el numerito de abandonar la reunión cuando escuchó las primeras palabras en catalán y vasco del lehendakari Imanol Pradales, cumpliendo la amenaza de que había hecho el día anterior, y acabando con unas declaraciones que fueron las más jugosas de toda la jornada, criticando la "maniobra del pinganillo", que calificó como una "farsa", denunciando que el Gobierno de Sánchez lo utilizaba para visibilizar una "España plurinacional que no existe" y justificando haber salido de la sala cuando intervenían a Pradales y Salvador Illa asegurando que "se instrumentaliza y se utiliza la riqueza para hacernos sentir extranjeros en nuestra propia casa".

Ayuso se quedó sola y no tuvo el apoyo del resto de sus compañeros de partido presidentes, pero su actuación es lo que se recordará cuando se hable de esta 28.ª edición de la Conferencia de Presidentes celebrada en Barcelona, porque no hizo más que constatar la tensión que se respiró entre el gobierno de Pedro Sánchez y los trece presidentes autonómicos del PP, que se coordinaron para pedir en bloque la dimisión del presidente español y la convocatoria de elecciones, aunque a sánchez le entró por una oreja y salió por la otra. La Conferencia de Presidentes fue un fracaso, más allá que el president de la Generalitat, Salvador Illa, pusiera su mejor cara y prefiriera buscar el lado positivo, que fue que el resto de líderes autonómicos se mantuvieron sentados en su silla y no secundaron la asustada de Ayuso. Pero la realidad es que la cumbre acabó sin ningún acuerdo (ninguna sorpresa, sin embargo), con el Gobierno acosado, sin respuesta a sus propuestas de triplicar la invasión pública en vivienda hasta casi 7.000 millones de euros, o intentar explicar temas claves como la financiación autonómica o la migración.

Las portadas reflejan este enfrentamiento cada vez es virulento que está marcando el paso de la política española. "La ruptura total entre el Gobierno y el PP se consuma en Barcelona", titula El País, "los presidentes del 71% de los españoles exige elecciones ya", destaca El Mundo, sumando los territorios de los presidentes autonómicos del PP y también la Castilla-La Mancha del socialista Emiliano García-Page, que ponen en el mismo saco. "Sánchez veta las propuestas del PP, que pide en bloque elecciones," titula el ABC, mientras que los diarios catalanes también se hacen eco del fracaso de la Conferencia de Presidentes. "El PP se conjura por pedir elecciones en una cumbre sin acuerdo", destaca El Periódico, o "el PP lleva el incesante choque con Sánchez a la cumbre autonómica", afirma La Vanguardia.

En clave internacional, pero, también es noticia en muchas de las portadas otra ruptura sonada, la del presidente norteamericano Donald Trump y el magnate Elon Musk, una de aquellas amistades que se han convertido en peligrosas y que han derivado en un enfrentamiento público de incalculables consecuencias. Una pareja que ha pasado del enamoramiento y los elogios mutuos a un divorcio explosivo, público y mediático, marcado por ataques personales y amenazas cruzadas, retransmitido en directo por las redes sociales.

'El País' 7
'El País'
'El Mundo' 7
'El Mundo'
'ABC' 7
'ABC'
'La Razón' 7
'La Razón'
'La Vanguardia' 7
'La Vanguardia'
'El Periódico' 7
'El Periódico'
'Ahora' 7
'Ara'
'El Punt Avui' 7
'El Punt Avui'