Niza fue el escenario de la mejor actuación de la selección española desde la Eurocopa del 2012. El equipo de Vicente del Bosque volvió a parecerse a aquel que ganó los títulos Mundial en Sudáfrica 2010 y los europeos de Austria y Suiza (2008) y de Polonia y Ucrania (2012). Recuperando el estilo Barça, España encontró en una floja Turquía el rival ideal para demostrar su notable superioridad. En el Arco del Triunfo de Barcelona se vivió una particular pasión por el juego de la roja, pero en todo el Estado español ya vuelve a cantarse eso de “yo soy español, español, yo soy español, español”. La victoria asegura a España su presencia en octavos de final.

Al estilo Barça

Una Turquía que sigue teniendo como gran estrella a Arda Turan, suplente en el Barça, no podía plantear excesivos problemas a los españoles. Especialmente con una España inspirada, en la que Andrés Iniesta destaca como cerebro, los laterales Jordi Alba y Juanfran hacen de extremos, Piqué se come el campo, Busquets ha recuperado su papel de imán para robar balones, Cesc Fàbregas asume el papel de 10 y Nolito y Morata acabaron encontrando el gol que se les negó ante la República Checa.

Jugó literalmente España con Turquía. Y no porque los turcos plantearan un partido abierto, de tú a tú. No. Fue el equipo turco un adversario débil, sin iniciativa y que poco a poco fue doblando sus rodillas ante el empuje de los españoles.

La selección de Del Bosque salió dispuesta a resolver el partido lo antes posible. No quería sufrir como en su debut en la Eurocopa, que encontró la victoria hacia el final. Un tiro de Morata a los 7 minutos, que el portero envió a córner, fue el primer aviso de los españoles que cuatro minutos más tarde vieron con una gran combinación Cesc-Alba que terminó con el balón repelido por un poste. Piqué también tuvo una ocasión a los 12 minutos, y Nolito probó un disparo desde fuera que también rozó la portería.

Morata y Nolito, goleadores

Pero sería Morata el que hallaría el gol (35m.) tras una buena jugada entre Alba y Nolito que puso un pase a lo Iniesta en la cabeza del jugador de la Juventus.

Entonces España se desmelenó. Vio que Turquía se había abierto, que estaba tocada, y que su juego estaba enamorando. Y a los 37 minutos, Cesc sirvió un pase hacia Nolito, que un defensa no despejó bien, y el céltico anotó el segundo.

Nada más reiniciarse el segundo tiempo, Iniesta pidió el balón, y como hacia Laudrup en sus mejores tiempos, colocó un pase a Jordi Alba que, en fuera de juego, lo cedió a Morata para el 3-0.

Pudo España marcar más goles. Tenía el balón y practicaba largos rondos. Dominaba. Se sentía bien en el campo y con el marcador a favor decidió tocar más el balón. Al partido acabaron sobrándole los últimos 20 minutos, que aprovechó Del Bosque para dar descanso a Silva, Cesc y Alba.

Mientras los aficionados turcos encontraban en Arda Turan el culpable de la derrota. Lo pitaron cada vez que tocaba el balón.

España: De Gea; Juanfran, Ramos, Piqué, Alba (Azpilicueta 81 m.); Busquets, Iniesta, Cesc (Koke 70 m.), Silva (Bruno 64 m.); Nolito y Morata. 

 

Los goles