El barcelonismo sigue intentando digerir el caso Marc-André Ter Stegen. El portero alemán, uno de los ídolos de la afición, ha decidido ir a la guerra en contra del Barça después de mostrar las primeras hostilidades en el final de la temporada pasada, cuando protagonizó un par de desplantes que cogieron a contrapié a Deco y a Hansi Flick.

Porque el comunicado de su operación y su negativa posterior a la entrega de su informe médico es solo la punta del iceberg, la demostración definitiva de que el primer capitán del Barça ya no piensa en blaugrana, sino en sí mismo, a pesar de que esté enterrando su figura de leyenda del club, además de poner en serio riesgo su participación en el próximo Mundial, después de toda una carrera a la sombra de Manuel Neuer.

Hansi Flick y Ter Stegen  Europa Press
Hansi Flick y Ter Stegen, en un entrenamiento del Barça / Foto: Europa Press

Ter Stegen, un mal suplente de Szczęsny

La relación entre Ter Stegen y el Barça se torció con su grave lesión en la rodilla. El pronóstico médico era que el portero se iba a perder toda la temporada, lo que llevó al club blaugrana a fichar a contrarreloj a Wojciech Szczęsny. El polaco, retirado, aceptó el reto y después de unas semanas de preparación se hizo con la titularidad, en detrimento de Iñaki Peña. El polaco, para sorpresa de todos, rindió a un gran nivel y se convirtió en uno de los nuevos ídolos de la afición.

Mientras, Ter Stegen trabajó duro en su recuperación, con la idea de volver a jugar antes de terminar la temporada, acortar los plazos fijados. Y lo logró, hasta volver a jugar en el partido de Liga contra el Valladolid. El problema llegó en la Champions League. El alemán estaba disponible para jugar el Inter - Barça, correspondiente a la vuelta de las semifinales. Para jugar, sin embargo, había que desinscribir a Szczęsny, un movimiento que el Barça ni se planteó, ya que no podía jugársela con un Ter Stegen que acaba de volver de una gravísima lesión.

Ter Stegen posando con el brazalete de capitán 7 Foto: FC Barcelona
Ter Stegen, posando con el brazalete de capitán del Barça / Foto: FC Barcelona

Del no viaje a Milán a la negativa a hablarle a la afición

Ter Stegen no entendió la situación y, en un gesto impropio de un capitán, se negó a viajar a Milán, mientras que otro lesionado, como Jules Koundé, sí se desplazó hasta la ciudad italiana. La pataleta de Ter Stegen, una falta de respeto para Szczęsny y para el resto de la plantilla, fue un jarro de agua fría para Hansi Flick y para Deco, que empezaron a valorar la posibilidad de planificar la nueva plantilla sin contar con el alemán. Y llegó el Barça - Villarreal, el día de celebrar la Liga con la afición. El plan era que al terminar el encuentro, el capitán y el entrenador se dirigieran a la afición, pero Ter Stegen se negó, por lo que no hubo parlamentos.

Quedaba demostrado que Ter Stegen no podía ser el portero suplente del Barça 2025-26, como estaba previsto, a la sombra de Joan Garcia. Fue por ello que la dirección deportiva planteó la renovación de Szczęsny, como suplente del nuevo fichaje, lo que dejaba fuera de la ecuación a Ter Stegen. El alemán entró en cólera y decidió operarse, dejando claro que iba a estar solo 3 meses de baja, para perjudicar la inscripción de Joan Garcia. El último desplante, el de no firmar el permiso para enviar su informe médico, ha sido el colofón final de una guerra fría que, poco a poco, se ha ido calentando. De héroe a villano.