Carlos Alcaraz se ha deshecho en tres sets y poco más de dos horas del neerlandés Tallon Griekspoor (6-4, 7-6 y 6-3) para ganar su segundo partido en la hierba de Wimbledon y acceder a los dieciseisavos de final. A pesar de algún momento de duda, el murciano ha dominado y madurado un partido que casi siempre ha tenido bajo control.

Alcaraz encuentra el break en el mejor momento

Para un jugador de la juventud del de El Palmar, de sólo 19 años, lo más importante es ir ganando partidos en los Grand Slam, más allá de la forma de hacerlo. Cada ronda que avance sobre el césped del All England Tennis Club es un gran aprendizaje para el futuro, a corto y largo plazo.

Por eso, las dudas y el sufrimiento de la primera ronda contra Struff, a quien superó por 3-2 no tenían porqué condicionar el duelo contra Griekspoor, y no lo ha hecho. El partido ha empezado con ambos jugadores manteniendo su servicio hasta llegar al 4-4. Aunque el murciano había desperdiciado un 0-40 en un juego anterior, una de sus grandes virtudes es jugar los puntos con la maravillosa inconsciencia de no tener en cuenta lo que haya pasado antes, y cuando ha tenido la oportunidad, ha puesto el 5-4 que, después de mantener su servicio, ha convertido en el primer set para sus intereses.

La joven perla del tenis español ha madurado el primer set, pero su rival, un Griekspoor combativo, no ha aflojado en la segunda manga, y a pesar de no poder romper el servicio del murciano, también mantenía el suyo con relativa comodidad. En todo el segundo set no ha habido ninguna bola de break, lo que ha derivado en un juego de desempate donde Carlos Alcaraz ha demostrado una superioridad insultante.

Momentos de duda resueltos de la mejor manera

No ha concedido ningún punto, y gracias a un 7-0 se ha puesto el partido a sólo un set. El neerlandés parecía que podía acabar claudicando definitivamente después de un 2-0 inicial para el español, pero en el momento más crítico, ha desplegado su carácter para llevarse su primera ruptura de saque que ha consolidado con un juego en blanco por poner el 2-2. Alcaraz, mentalmente ha desconectado, y un partido que parecía prácticamente decidido se podía llegar a complicar en exceso con un 0-30. Pecados de juventud.

Muchas veces, quizás demasiadas, los partidos de Alcaraz son una montaña rusa, pero la mayoría de las veces, acaba sobreviviendo dentro de su propio caos. Ha salvado dos puntos de break y ha aprovechado la inercia para romper el servicio de Griekspoor en blanco.

Entonces sí, con todo de cara, Alcaraz no ha dado ninguna opción y ha cerrado el partido por la vía rápida y ha certificado su billete para los dieciseisavos de final, donde la espera el alemán Otte, descansado después de haber jugado sólo cuatro juegos antes de que su rival, el norteamericano Harrison, se tuviera que retirar. Alcaraz, en su segunda participación en Wimbledon, sigue progresando y maravillando al público inglés, que sueña con un duelo contra Djokovic en los cuartos de final.

 

Imagen principal: Carlos Alcaraz celebra un punto contra Griekspoor en Wimbledon / Foto: EFE