El Barça juega sin red. El equipo tiene que seguir compitiendo para no perder el rastro de un Real Madrid que se agiganta con el paso de las jornadas. Después de empezar el 2017 con una derrota inmerecida en San Mamés, los de Luis Enrique viajan a Villarreal para medir fuerzas contra uno de los equipos más en forma de la competición. El ritmo vertiginoso de esta Liga imposibilita una tregua y el partido de El Madrigal (20:45 horas / Movistar Partidazo) obliga al Barça a apretar el acelerador en un mes de enero decisivo.

Con la lección bien aprendida

La derrota contra el Athletic en la ida de los octavos de final de la Copa del Rey sirve de alerta para el Barça. El planteamiento de los vascos, agresivo y ambicioso hasta el punto de poner en problemas la salida de balón, puede vivir un segundo capítulo esta noche. El Villarreal, por su potencial ofensivo, exigirá a la defensa blaugrana igual o más que Aduriz, Williams y compañía.

Es por eso que Luis Enrique ha querido poner en valor (varías veces) el rendimiento de su equipo en la segunda parte contra el Athletic. Los segundos 45 minutos son la línea a seguir para un Barça que se reencontró cuando la gasolina de los vascos escaseaba. El equipo tuvo más cuidado del balón y aprovechó las dos expulsiones para dominar el partido y someter (sin fortuna) a los bilbaínos. "Mirar el aspecto negativo sólo te lleva a empeorar. Siempre miramos el lado positivo", ha dicho el técnico en referencia a los detalles de la segunda parte en Bilbao.

El Barça necesita aferrarse a su versión original. Sin desconexiones. El equipo tiene que conseguir conectar el medio del campo con el tridente y, por encima de todo, contemplar a Leo Messi. Acortar las líneas y presionar en bloque afectan directamente en la pieza angular del engranaje que significa el 4-3-3: Sergio Busquets. Este año, el mediocampista llega a las pelotas dos segundos tarde, hecho que vulgariza su trascendental impacto en el juego.

La Copa condiciona

Jugar el domingo con la cabeza en el miércoles. El Barça tendrá que hacer un esfuerzo y enchufarse en la Liga a pesar de jugarse la Copa en sólo tres días. "El partido contra el Athletic no condiciona la preparación para el Villarreal", ha dicho Luis Enrique en la previa. Pero la realidad puede ser bien diferente. Dos partidos de máxima exigencia en 72 horas, con una remontada por el medio, es motivo suficiente para dosificar algún futbolista.

Con toda la plantilla disponible, menos Jasper Cillessen, el técnico tiene diferentes opciones para complementar un esquema con fichas inamovibles. Con el tridente como referencia, Javier Mascherano y André Gomes podrían tener minutos en el sitio de Samuel Umtiti y Ivan Rakitic, respectivamente. El fondo de armario tendría que ser una alternativa de garantías en partidos de este tipo y empezar a justificar así la inversión multimillonaria.

La mejor defensa de la Liga

El Villarreal es uno de los peores rivales posibles. A pesar de empezar la temporada con un cambio en el banquillo (Fran Escribá para|por Marcelino Garcia Toral) y una eliminación en la Champions, el equipo ha conseguido levantar el vuelo hasta convertirse en la gran revelación de este primer tramo de temporada. Con un fútbol alegre y vistoso, el submarino amarillo es uno de los aspirantes a ocupar posiciones europeas en la jornada 38.

29 puntos en 16 partidos son los números de un Villarreal que sustenta su éxito en la defensa. Es el equipo menos goleado de toda la Primera División con 11 goles, tres menos que el Madrid y el Atlético. Vivo en las tres competiciones (Liga, Copa del Rey y Europa League), busca mantener la regularidad para llegar con opciones en los meses decisivos.

Calidad y talento no le falta. Con un gusto inusual por la posesión, el Villarreal sufre si tiene que correr detrás de la pelota. Sustentado en su eterno capitán Bruno Soriano, el equipo sale jugando desde detrás para acelerar en tres cuartos de campo. La velocidad y el gol de sus delanteros (Alexandre Pato, Nicola Sansone o Roberto Soriano) hacen el resto. Equipo muy completo y capaz de someter a un Barça que tendrá que ganar la guerra por la pelota para seguir mirándole a los ojos a la Liga.

Los once de El Nacional