Este lunes el Barça anunció que desestimaba la opción de jugar el partido contra el Girona en los Estados Unidos por la "falta de consenso existente en torno a la propuesta". De esta manera, el club ponía punto y final al el sueño del presidente de la Liga, Javier Tebas. Dos días después, la propia Liga hacía marcha atrás y renunciaba a que el derbi catalán se disputara en Miami. Eso sí, aunque no será esta temporada, la competición presidida por Tebas dejaba la puerta abierta a exportar el partido en un futuro.

Este jueves, sin embargo, el diario As ha revelado que los argumentos del Barça tienen un trasfondo más complejo. Según este medio, el club blaugrana renunció al partido por miedo a las represalias en forma de sanción de la UEFA y la FIFA. El primer organismo habría amenazado el Barça con una expulsión por una o dos temporadas de la Champions, mientras que el segundo estaba dispuesto a prohibir a sus internacionales de poder jugar partidos de selecciones durante el mismo periodo de tiempo.

De hecho, la FIFA -el máximo organismo del fútbol internacional- ya se posicionó claramente en contra de la disputa del partido en los Estados Unidos. El pasado más de octubre, su presidente Gianni Infantino, aseguró que "los partidos oficiales de Liga se debían disputar dentro del territorio respectivo de la federación", hecho que, sumado a la negativa de la Real Federación Española de Fútbol, fue uno de los primeros golpes severos a la propuesta de Tebas.