Los parones de selecciones suelen ser una piedra en el zapato de los equipos punteros europeos, pero lo cierto es que el último paréntesis internacional puede haber ido muy bien al Barça. Como quién no quiere la cosa, ya han pasado dos semanas de la derrota en el Camp Nou contra el Betis, y ahora las cuatro dianas que el equipo andaluz endosó a los hombres de Valverde parecen más lejanas de lo qué realmente son.

Philippe Coutinho ha podido tratarse la ruptura del bíceps femoral en Barcelona, pero no se ha acabado de recuperar, Samuel Umtiti ha ganado tiempo para reponerse de su lesión y Leo Messi nuevamente ha podido descansar. El tiempo cura las heridas y ahora, diez días después, el Barça afronta un nuevo reto como si no hubiera pasado nada.

El problema, sin embargo, es que el Atlético de Madrid no es un rival cualquiera. El equipo y Ernesto Valverde saben mejor que nadie que el Cholo Simeone es especialista al crear ambientes hostiles, y la tercera visita de la historia del Barça en el Wanda Metropolitano se podría convertir en una trampa sin salida. En su estadio, los colchoneros todavía no han perdido ni un solo partido y Liga sólo han recibido 3 goles. El muro se llama Jan Oblak y los bombarderos, Leo Messi y Luis Suárez. El argentino -en principio, totalmente recuperado de su fractura al brazo- y el uruguayo, con nueve goles cada uno, tendrán que ser los encargados de perforar la portería local.

Pero el Atlético de Madrid no lo pondrá fácil. A pesar de su irregular inicio de Liga -suman cinco empates y una derrota- los del Cholo están a sólo un punto del Barça, de manera que una victoria podría situarles líderes del campeonato doméstico.

La carta Dembélé

Y en medio del huracán, Ousmane Dembélé. Dicen que normalmente los disturbios del vestuario -que los hay, y muchos- se quedan dentro del vestuario. No es el caso de Ousmane, que mientras ha estado concentrado con la selección francesa ha visto cómo algunos de sus compañeros criticaban abiertamente su actitud. Sea por antipatía o para hacerlo despertar, lo cierto es que los jugadores del Barça no esconden su decepción con el extremo, que parece que se preocupa más de temas extra deportivos que del terreno de juego.

Dembélé Valverde EFE

Sea como sea, su calidad es incuestionable y, al menos hasta a final de temporada, Valverde debe encontrar los contextos adecuados para utilizarlo. Con Coutinho descartado y Malcom todavía en fuera de juego, Dembélé podría tener una nueva oportunidad de demostrar que es un futbolista válido para el Barça. El escenario es inmejorable y, aunque sea saliendo desde el banquillo, el francés tiene que reaccionar de una vez por todas. Eso sí, la dimensión del castigo de Valverde todavía no se conoce, y la opción que lo vuelva a enviar a la gradería no está descartada.

Griezmann bajo el foco

Hace dos meses la gran figura del Atlético, Antoine Griezmann, sorprendió en una entrevista en el diario As donde aseguró que ya comía "en la misma mesa que Messi y Cristiano". El francés venía de ganar el Mundial de Rusia con su selección y sin duda había sido uno de los hombres más importantes del torneo, pero sus declaraciones sorprendieron en el mundo del fútbol, poco acostumbrado a que se discuta la dualidad Messi-Cristiano.

Ante el mejor futbolista de la historia y con millones de espectadores mirándolo, Griezmann tendrá una nueva oportunidad de demostrar qué pie calza. En Barcelona, mientras tanto, se lo mirará con cierto rencor. Este verano el delantero prácticamente ya era jugador del Barça, pero finalmente Grizzi retrocedió y decidió quedarse al Atlético. 'La decisión' podía ser más o menos acertada, pero lo qué el junta directiva blaugrana no perdona es el show del documental que el francés perpetró y que destapó su incompetencia mercantil.

Si Griezmann se quiere comparar con Messi tendrá que espabilar. De momento, el astro del Barça, a pesar de haberse perdido tres partidos, ya triplica su número de goles (9) en la Liga.