Si ya hace mucho tiempo que sabemos que tener a Leo Messi en tu equipo es hacer trampa, contra el Atlético de Madrid se ha recordado que decide partidos cuando todo va en contra. En un día en que el Barça, y sobre todo Antoine Griezmann, han sido abroncados continuamente por la afición colchonera, el capitán culé, que vestía con la nueva camiseta de la senyera, ha decidido el partido con un gol clásico en los últimos minutos de un partido terriblemente disputado (0-1).

Pitos que encienden el duelo

Pitos, ruido y mucho ambiente en la primera gran jornada de Liga del Barça. Después de meses de pasar partidos, y de aplazarse el Clásico, por fin ha llegado la esperada cita. En el Wanda los primeros protagonistas han sido la afición colchonera y Griezmann, regañado cada vez que entraba en juego.

Pero el francés no ha entrado bien al partido, ni ningún futbolista de Barça ni del Atlético. Esperando dureza e intensidad, nadie ha quedado decepcionado con el partido. El Atlético ha presionado en cada jugada a un Barça inseguro en la salida de la pelota, pero los culés también han hecho el mismo juego psicológico. Ha sido un duelo espejo que no ha cambiado hasta la media hora cuándo ha aparecido un dominador: el Barça.

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El tridente Messi-Suárez-Griezmann ha tenido que moverse como nunca en posiciones atacantes para hacer bailar a una sólida defensa colchonera. Pero ni Rakitic, ni De Jong, han podido ir a atacar porque el trabajo que tenían era defensivo. Un mal partido como el de Junior, descolocado e incluso poniendo nervioso a Messi por sus inadecuados movimientos en ataque.

El Barça sólo se ha podido encomendar en Messi, la única alma ofensiva; Arthur, el único capaz de controlar el medio del campo; en Piqué, capaz de defender y de mandar la pelota al larguero antes del descanso; y en Ter Stegen, un descomunal portero que ha hecho dos paradas providenciales antes de la media parte.

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El Messi de siempre

Aunque el Barça estrenaba la camiseta de la senyera, queriendo transmitir los valores de los 120 años de historia del club, futbolísticamente no ha transmitido tanto. Ni mirando al pasado. El Atlético se ha cerrado en torno a su área y los blaugrana no han podido descifrar la clave para superar la poblada defensa.

Sólo cuando Messi se activaba, todo el Wanda temblaba. Alguna combinación rápida, siempre pasando por las botas del '10', era la opción del Barça para intentar cambiar el marcador. Pero han ido pasando los minutos y ni la entrada del revolucionario Arturo Vidal ha cambiado las cosas. Si de bueno no se podía sacar nada, sólo podía ir a peor. Piqué, después de una durísima entrada de Vitolo, ha tenido problemas en la rodilla y ha tenido que dejar su sitio en Umtiti.

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Pero si eres culé y tienes a Messi en tu equipo, todo puede pasar. Nunca dejes de confiar en los milagros. Y así ha sido. Jugada desde la banda derecha a la altura del medio del campo, haciendo la diagonal, una pared con Suárez y después gol. Una jugada clásica del argentino. Y el gol, en el minuto 86, cuando todo el mundo ya daba por hecho el empate a nada, ha sido definitivo.

Tres puntos para el Barça para seguir siendo líder. Messi vuelve a valer una victoria. Y el Barça gana el primer gran partido de esta temporada en la Liga.