Aduriz marcó en el minuto 25 y Williams coló otro en el marco del Barça en el 28 para dejar en evidencia el dominio estéril del equipo blaugrana. Pero lo que vino después hubiera podido cambiar el resultado del encuentro de ida de octavos de la Copa del Rey. El árbitro Fernández Borbalán quiso hacer de rey mago y lo hizo. Tenía que haber expulsado a Aduriz por agresión a Umtiti (36 m.) y ya en el añadido del primer tiempo tenía que haber sancionado un penalti de Etxeita a Neymar, pero tampoco lo vio. El día de la cabalgata de Reyes el Barça fue premiado con puro carbón. Por el Athletic, que acabó con 9, y por el colegiado.

Ya se descubrió el miércoles, en el Bernabeu, la nueva modalidad de penalti que pueden pitar los árbitros. Un equipo atacante (en este caso el Madrid) sitúa a dos jugadores, uno detrás de otro, y el de atrás empuja al de delante y el árbitro (en este caso pongamos Mateu Lahoz) sanciona al equipo que defiende con la pena máxima.

En el comienzo de año en el fútbol español parece que un dribling en el área, como el que hizo Neymar a Etxeita, y la consiguiente falta del defensor sobre el atacante no merecen el premio del penalti. Y esta Liga, desafortunadamente, no es la Premier, donde ya se aplica el ojo de halcón para las jugadas más importantes.

Afortunadamente, González Borbalán acertó en la jugada del tiro libre que significó el primer gol del Barça y en el que el portero del Athletic protestó e intentó convencer al colegiado de que el disparo de Messi no había traspasado la línea de gol.

El partido fue tan picante como caliente, propio de los últimos Athletic-Barça. Enredado en algunos momentos, bronco en otros minutos, con dominio blaugrana y con instantes en los que predominó la falta sobre la calidad. Tuvo minutos de histerismo colectivo y también de mucha pasión, como suele pasar en San Mamés.

El Barça, no obstante, no se dejó amedrentar en ningún momento, no bajó la guardia, no se encogió. Muy pronto se sacudió del arranque ofensivo del Athletic y pasó a controlar el partido. Pero cuando el equipo vasco metió el primer gol, el Barça se descompuso, y le cayó el 2-0 tan sólo unos minutos más tarde.

Entonces necesitó mezclar sentimientos. Ser frío para soportar las decisiones del colegiado y ser caliente para atacar y buscar un resultado que le permita remontar en el Camp Nou el próximo miércoles.

Pudo empatar, pero Iraizoz salvó un disparo de Neymar, el mejor del Barça, y después Messi no encontró el camino ideal para disparar en una jugada en la que estuvo sólo a unos metros de la red bilbaína, y ya en el tiempo añadido, otra vez el argentino estrelló un disparo en el poste derecho de la portería vasca.

 

Los goles

1-0 Aduriz 25'

2-0 Williams 28'

2-1 Messi 52'