Aunque la temporada de la NBA aún no ha comenzado, el mundo del baloncesto norteamericano ha vivido una semana especialmente intensa. LeBron James, considerado uno de los mejores jugadores de la historia, ha sido el gran protagonista de los últimos días. El jugador de Los Angeles Lakers, de 40 años, generó una enorme expectación con un supuesto anuncio titulado “La Segunda Decisión”. Todo parecía apuntar a que revelaría su retirada, una vez finalizada la temporada que está a punto de comenzar. Sin embargo, la realidad ha sido bien diferente. El esperado mensaje resultó ser una campaña publicitaria del coñac Hennessy, y no un comunicado deportivo. Con este movimiento, LeBron consiguió exactamente lo que pretendía: captar la atención mediática de todo el mundo y situarse, una vez más, en el centro del foco.
Antes de que se confirmara que todo formaba parte de una campaña publicitaria, la posibilidad de una retirada de LeBron James desencadenó un auténtico terremoto entre los aficionados al baloncesto. El calendario de la fase regular de la NBA ya es conocido y, en caso de que los Lakers no llegaran a los play-offs, el último partido de la temporada sería el 12 de abril de 2026 contra los Utah Jazz. Ante la creencia generalizada de que el anuncio de LeBron sería el de su retirada, el precio de las entradas para este partido se disparó. Las que antes costaban menos de 100 dólares llegaron a multiplicar por 7 su valor, superando los 770 dólares. Una auténtica locura, teniendo en cuenta que, finalmente, todo era una estrategia publicitaria.

Un aficionado ha demandado al jugador
Según ha informado TMZ Sports, Andrew Garcia, un seguidor de los Lakers de 29 años, ha presentado una demanda contra LeBron James tras sentirse engañado por el falso anuncio de “La Segunda Decisión”. El aficionado compró dos entradas para el partido del 31 de marzo de 2026 entre los Lakers y los Cleveland Cavaliers —el exequipo de LeBron— por un total de 865 dólares (unos 432 euros cada una), convencido de que podría ser la última vez que el jugador se enfrentara a su antiguo club. Como muchos otros seguidores, Garcia adquirió los tickets en medio de una escalada de precios motivada por el rumor de su retirada.
Con la confirmación de que todo era una acción publicitaria, Garcia ha decidido llevar el caso ante el tribunal de Los Ángeles, acusando a LeBron de “fraude, engaño y declaración falsa”. En su demanda, asegura que “no habría comprado las entradas si el jugador no hubiera insinuado que se retiraría”. El caso ha abierto un debate sobre los límites de la promoción personal en las grandes figuras deportivas y hasta qué punto una campaña de este tipo puede afectar económicamente a los aficionados. Sea como sea, LeBron James ha vuelto a demostrar su poder de influencia —no solo dentro de la cancha, sino también fuera de ella—, aunque, esta vez, su maniobra haya terminado con una demanda judicial y un buen número de fans decepcionados.