El muro de Berlín, el símbolo más icónico del período de la Guerra Fría (1945-1991), aterrizará en Barcelona 36 años después de su caída (1989). Llegarán a la capital catalana seis bloques originales del muro berlinés en una exposición que contará con más de 200 objetos originales de aquel período. La muestra se instalará a partir del 7 de noviembre en el Espai Inmersa del Poblenou, donde los visitantes podrán recorrer este montaje internacional que narra el enfrentamiento ideológico, político y social entre el bloque capitalista y el bloque soviético, a través de testimonios personales. La muestra pretende narrar las cuatro secciones del período: el origen de la Guerra Fría, el “microcosmos” en que se convirtió Berlín entre dos potencias (Estados Unidos-URSS), las historias humanas de separación y la transformación de pensamiento progresivo hasta la caída del muro.

La muestra ‘Muro de Berlín. Un mundo dividido’, producida por Musealia en colaboración con la Fundación Muro de Berlín y presentada en Barcelona con Proactiv Entertainment, contará con 200 objetos originales de la Guerra Fría que invitan a la reflexión, emoción y memoria sobre este episodio histórico que ha dejado huella en la configuración del mundo actual. De hecho, las tensiones entre la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) --con los Estados Unidos al frente-- y Rusia, aún se viven hoy en día a través de la guerra de Ucrania y los países fronterizos. Entre las piezas más destacadas hay objetos personales que los habitantes de Berlín utilizaban para el contrabando o la comunicación a través del muro, reflejando las consecuencias directas de los dos sistemas enfrentados, y seis bloques originales del mismo muro que han sido trasladados por carretera desde París, la última ciudad que ha acogido la exposición. Cada bloque mide 3,6 metros de altura y pesa entre 2,5 y 3 toneladas.

Una muestra llena de testimonios personales

En declaraciones a la ACN, la responsable de marketing de Proactiv Entertainment, Paula Vitores, ha explicado que lo que hace especial esta exposición son las historias humanas. Vitores ha destacado el relato de un niño que llevaba un osito de peluche y lo perdió durante la huida del bando este al oeste y que recuperó con la caída del muro. En este sentido, Vitores ha remarcado que la muestra no solo se quiere centrar en la vertiente política, sino que también da valor a los testimonios personales. A través de estos testimonios, los visitantes podrán descubrir la dimensión global del conflicto, tales como objetos utilizados en propaganda, espionaje y guerra nuclear.