El próximo 27 de agosto, Columna publicará La calavera del apóstol de Jaume Clotet, la segunda parte de una saga de tres libros que conforman un mismo thriller histórico. La primera novela, La hermandad del ángel caído, entre los cinco libros más vendidos en catalán en 2024, tuvo una tirada de 20.000 ejemplares y ganó el Premio Josep Pla. El tercer volumen cerrará la saga, se titulará La espada del rey y llegará a las librerías en marzo de 2026. La calavera del apóstol es el nuevo thriller histórico que Jaume Clotet publicará en Columna, y ya cuenta con más de 10.000 ejemplares preparados en catalán y otros 3.000 en castellano. Los lectores lo han impulsado a continuar la saga, que comenzó con La hermandad del ángel caído y que está protagonizada por el hermano Bernat, un religioso de Montserrat, y Berta, una mosso d’esquadra.

De Versailles a Montserrat pasando por Sant Pere de Rodes

En 1730, el duque de Versailles llega a la residencia de Luis XV para ofrecerle antigüedades y obras de arte saqueadas. Entre ellas, una Biblia ilustrada que el abad Oliba mandó copiar en el siglo XI; la Biblia original está custodiada por el monasterio de Sant Pere de Rodes. Tres siglos después, en Montserrat, el maestro comandante de la Hermandad del Ángel Caído, el monje Bernat, se encarga de vigilar y proteger una caja que mantiene prisionero a Satanás. Mientras tanto, la subinspectora de la unidad especializada en casos extraños, Berta Bosch, intenta seguir la pista de un caso particular, y para hacerlo tendrá que recurrir a la ayuda del monje de Montserrat.

El hilo conductor de las tres novelas es una historia sobre la custodia del diablo, y en La calavera del apóstol esto convive con una trama paralela y autoconclusiva que al final conecta con la línea argumental principal. Hay una Biblia escrita con la sangre de Cristo que llegó a Cataluña a principios del siglo VII, una leyenda basada en hechos comprobables: en aquella época, los persas casi lograron hacer caer Constantinopla, la capital del Imperio cristiano oriental. Fue una falsa alarma, ya que la ciudad no caería hasta ochocientos años más tarde, pero el miedo se extendió por toda la cristiandad y logró asustar al papa de Roma de entonces, que temía que primero caería Constantinopla y después Roma (lo cual no ocurrió).

De ahí nace la leyenda de la Biblia escrita con la sangre de Cristo, que Clotet enlaza con la historia (verídica) de las tres Biblias de Ripoll

Como consecuencia de esa preocupación, el pontífice envió numerosas reliquias que dispersó por Europa occidental, con el fin de salvarlas del expolio si Roma acababa cayendo. De ahí nace la leyenda de la Biblia escrita con la sangre de Cristo, que Clotet enlaza con la historia (verídica) de las tres Biblias de Ripoll, que contenían unos dibujos fantásticos y que hoy se conservan en Roma y París (la tercera, al parecer, se quemó).

Clotet, periodista de profesión muy conocido en el país (es autor de la casa y trabajó para el gobierno), también es un historiador apasionado por la mitología y las leyendas autóctonas, y lo aplica en sus novelas. Por eso, la ambientación de la obra transcurre en Sant Pere de Rodes, el Santuario del Miracle, Montserrat, el Canigó, Sant Pere de l’Avern. Parte de la acción también se desarrolla en París, Roma y Jerusalén, pero Cataluña está muy presente en el libro. Los personajes, por ejemplo, escuchan Catalunya Ràdio.

Si no veo lo que digo, si no lo visualizo, lo rehago hasta que lo visualizo

Clotet afirma que se ha documentado y que en Cataluña hay treinta puertas de entrada al infierno: “y por eso estamos como estamos”. Sant Pere de l’Avern es una de ellas, como indica su nombre, y todos los campanarios que lo rodean tienen un ángel en lo alto, figuras que a su vez señalan el infierno. La segunda parte de la saga, La calavera del apóstol, se puede leer de forma independiente de la primera parte, aunque, según la editora Glòria Gasch, leer esta novela por separado nos dará ganas de buscar la primera. Clotet nos explica que este segundo volumen cuenta con dos líneas argumentales que acabarán por encontrarse.

Ver para creer

Más lector de ensayos que de novelas históricas (él mismo lo admite), el autor sitúa la verosimilitud y la coherencia en el centro de su escritura, que practica por las noches, cuando el trabajo y la crianza se lo permiten. Si no sabe algo con certeza, se documenta: para escribir La calavera del apóstol ha hablado con policías y con religiosos. Otra cosa que le ha enseñado el oficio del periodismo es a visualizar todo lo que escribe, igual que hacía antes de explicar algo en la radio: “Si no veo lo que digo, si no lo visualizo, lo rehago hasta que lo visualizo”. El micrófono exige más claridad aún que el periodismo escrito, porque podemos releer una línea que no nos ha quedado clara, pero no podemos retroceder un programa de radio en directo.

Jaume Clotet admite que escribe para divertirse, no soporta la idea de hacerlo por obligación. Cuando le preguntamos por la traducción al castellano, nos dijo que la primera novela solo la publicó en catalán y recibió peticiones de algunos lectores: catalanes habituados a leer en castellano, y también hijos de exiliados catalanes en Latinoamérica. Luego, claro, hay otra cuestión: el castellano es la puerta giratoria para transformar su saga en un fenómeno internacional, como ocurrió con las novelas suecas de Stieg Larsson, por ejemplo.