En el artículo anterior vimos que el posesivo átono es la cosa más normal en catalán (mon pare, ma germana, ton oncle, ta mare, son germà, sa àvia) y decíamos que debería usarse por doquier en los medios de comunicación, en la escuela, en el doblaje. Veamos ahora por qué.

Al menos hay dos argumentos para decir siempre mon pare (y no el meu pare). El primero es que, si la escuela defiende, extiende y consagra el uso de los posesivos átonos ante el parentesco (¡tal y como es en la lengua real!), esto permite que la gente pueda leer textos antiguos donde aparece el posesivo átono en contextos que no son de parentesco. Efectivamente, si la gente dice mon pare y ve que la escuela no lo veta ni lo esconde, puede leer tranquilamente un poema tan emblemático como Lo pi de Formentor (1875), del poeta mallorquín Miquel Costa i Llobera, que comienza así: "Mon cor estima un arbre! Més vell que l'olivera, més poderós que el roure, més verd que el taronger". En cambio, si la escuela esconde el posesivo átono y hace que la gente diga el meu pare en vez de mon pare, al final dejará de decirse mon pare pero entonces cuando los niños tengan que leer en la escuela un poema como el mencionado se encontrará con una construcción para ellos incomprensible (mon cor). Ya veis a qué situación tan kafkiana llevan los teóricamente expertos de lengua de las oficinas académicas, encorbatados, que fruncen las cejas ante la expresión mon pare: ¡impiden la comprensión del patrimonio literario catalán!

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Un segundo argumento es que emplear mon pare singulariza el catalán respecto al castellano. En efecto, en castellano palabras madre y oficina se dicen con el mismo posesivo: mi. En cambio, en catalán las palabras mare y oficina se dicen con posesivos distintos. Véase: castellano —Lleva a mi madre a mi oficina— versus catalán —Porta ma mare a la meva oficina—. Si tuviéramos que hacer caso de los sabihondos que rechazan ma mare, en catalán esto se diría... igual que en castellano. ¿Y no habíamos quedado, señores académicos, que era bueno para el catalán tener estructuras que lo diferencien del castellano?

Curiosidades sobre los posesivos átonos

Terminaremos con curiosidades sobre los posesivos átonos. La primera es que, aunque básicamente solo se usan en parentesco, existe algún contexto más, aunque residual. Así, los valencianos los utilizan ante la palabra casa (Vine-te'n a ma casa, diría un valenciano; en cambio, un catalán diría Vine a casa meva). También ha quedado, fosilizada, la frase hecha Cada terra fa sa guerra y la expresión negativa en ma vida (o en ta vida, o en sa vida). También existe alguna forma adaptada. Por ejemplo, en el Camp de Tarragona, la zona de Lleida y otros lugares popularmente puede oírse ma germà y ton àvia, neutralizando el género y/o adaptando la fonética (como hace el francés, que dice mon en femenino si la palabra que viene luego empieza por vocal). Igualmente, en Mallorca se dice mumare en vez de ma mare. Pero estas leves variaciones son localismos, de extensión reducida.