Madrid, 11 de mayo de 1717. Hacía casi tres años que, en el contexto del conflicto sucesorio hispánico (1701-1715) Catalunya había sido ocupada por los ejércitos borbónicos franco-españoles (1714). Y Felipe V decretaba la constitución de la Universidad de Cervera; que implicaba el cierre y la centralización de todos los centros de estudios superiores de Catalunya. La Universidad de Cervera se convertiría en uno de los principales instrumentos de adoctrinamiento al servicio de la ideología borbónica que perseguía, claramente la españolización de las élites catalanas de la época. La Universidad de Cervera, también, ha sido, tradicionalmente, considerada el símbolo de una ciudad que se giró contra el posicionamiento mayoritario del país. Sin embargo, realmente Cervera fue una ciudad borbónica? Es cierta la sentencia "Cervera, ciudad botiflera"? O, tan solo, es un falso mito?.

¿Cervera, borbónica?

Las actas de la Paería de Cervera redactadas al inicio del conflicto sucesorio (1705), y que están depositadas en el Archivo Histórico Comarcal de Cervera, revelan que las clases dirigentes locales del momento se posicionaron, claramente, a favor de Carlos de Habsburg. Y en este punto es importante destacar que aquel posicionamiento, para ciudades como Cervera, no era fácil ni cómodo, sino que era una comprometida y arriesgada apuesta. Porque, aunque se había producido el desembarque —en Montgat y en Badalona— de un ejército austriacista de 20.000 hombres (que se sumaron a los 6.000 migueletes catalanes); aunque el partido austriacista catalán había tomado el poder; y aunque las instituciones catalanas habían nombrado a Carlos de Habsburg conde de Barcelona; buena parte del territorio del país, en aquella etapa iniciática del conflicto, todavía estaba controlado por el ejército borbónico.

Grabado de la Universidad de Cervera (finales del siglo XVIII). Fuente Archivo Comarcal de Cervera

Grabado de la Universidad de Cervera (finales del siglo XVIII). Fuente Archivo Comarcal de Cervera

¿Qué pasó durante la guerra?

Las planas occidentales del país —por su característica orografía— fueron el principal teatro de guerra durante la primera fase del conflicto (1705-1713). Y eso comportó, entre otras cosas, grandes movimientos de refugiados; y una alternancia pérdida-recuperación de las principales villas del territorio que, las élites de Cervera (como las de cualquier otra ciudad afectada por aquella dinámica bélica) resolvieron con una perspectiva particular y local. Durante aquella fase del conflicto, el mayoritario partido local austriacista y el minoritario partido local borbónico (vinculados, en muchas ocasiones, por lazos familiares y, en otros, por intereses económicos) orquestaron silenciosas transferencias del poder municipal en función de las circunstancias de cada momento; con el objetivo de evitar las represalias de los mandos militares de los bandos en conflicto.

¿Qué pasó al final de la guerra?

Cervera no estaría ocupada, definitivamente, por el ejército borbónico hasta 1713. E, incluso, en aquel momento, fue una relativa plaza neutral; una especie de "checkpoint charlie" donde durante unos meses austriacistas y borbónicos intercambiaron prisioneros y espías, y pactaron "altos-al-fuego" y treguas. El 13 de junio de 1713 (quince meses antes de la caída de Barcelona); se reunieron los máximos mandos de los dos ejércitos (Starhemberg y Pópuli) y, en virtud de los acuerdos de paz de Utrecht (marzo-abril, 1713), pactaron la evacuación ordenada de las fuerzas militares de la alianza internacional austriacista (Conferencia de Cervera). A continuación, y siguiendo el guion utilizado en ocasiones anteriores, el partido borbónico local asumiría silenciosamente el poder; y evitaría —cómo lo había hecho antes el partido local austriacista— una más que probable y brutal represión.

Plano de Cervera (1659). Fuente Cartoteca de CatalunyaPlano de Cervera (1659). Fuente Cartoteca de Catalunya

Felipe V y Cervera

Tampoco es cierto que los nuevos concejales de Cervera; que, concluida la guerra, se presentaron en Madrid proclamando la eterna fidelidad de la ciudad a la causa borbónica, le vendieran la "moto sin el manillar" a la cancillería de Felipe V. El propósito de aquella embajada obedecía a un acuerdo previo que se había pactado en Cervera; y que, el régimen borbónico, quería escenificar en la corte de Madrid con toda la ostentación y repercusión posibles. Las actas de la Paería de 1705, son torpe y sospechosamente manipuladas en 1713; y revelan el interés de las nuevas clases dirigentes locales y del régimen borbónico por olvidar el pasado austriacista de Cervera. El objetivo era, por parte del régimen borbónico, fabricar una campaña propagandística que pretendía presentar Cervera al mundo como un ejemplo de ciudad catalana fiel, a todas horas, a la causa de Felipe V.

La Universidad borbónica

Y tampoco es cierto que aquellos nuevos concejales perdieran la cabeza y pidieran lo que no estaba escrito. En aquellos "pactos del demonio" (los catalanes sabemos mucho de estas cosas); el nuevo poder local de Cervera pidió, básicamente, redimensionar el papel de capitalidad de la ciudad que ya ostentaba desde el siglo XIV. Con el nuevo mapa; Cervera, capital de veguería, pasaba a ser capital de "corregimiento" (el embrión de las actuales "provincias"). Y todo apunta que la Universidad se gestó en aquel proceso. El régimen borbónico había decidido clausurar todas las universidades catalanas, que antes y durante la guerra habían sido focos importantes de difusión de la ideología austriacista. Y, en aquel contexto de pactos, Cervera, que estaba a medio camino de Lleida a Barcelona (sedes de las principales universidades catalanas); se convertía en la opción preferida del régimen borbónico.

Decreto de creación de la Universidad de Cervera (1717). Fuente Archivo Comarcal de Cervera

Decreto de creación de la Universidad de Cervera (1717). Fuente Archivo Comarcal de Cervera

Una universidad "castellana"

En la decisión de radicar aquella nueva universidad en Cervera, también jugó un papel importante el hecho de que la ciudad no era "plaza de armas". La convivencia entre estudiantes y militares siempre había sido conflictiva. Y que Cervera —aunque era capital de veguería— era una pequeña ciudad de, tan solo, 3.000 habitantes. Como también resultaría decisivo que Cervera estaba suficientemente alejada de los grandes centros urbanos del país que importaban las "peligrosas" ideas que contestaban el régimen. El nuevo régimen pretendía que la nueva universidad catalana (oportunamente centralizada y férreamente controlada) se desarrollara en un entorno tranquilo y aislado; similar al de las universidades castellanas de Salamanca o de Alcalà; entonces dos pequeñas ciudades alejadas del cosmopolitismo de las grandes capitales hispánicas, y plácidamente dormidas en la intemporalidad de los siglos.

El "puerto de mar"

Que los concejales de Cervera pidieron a Felipe V hacer llegar el mar hasta que las olas picaran la barbacana de la muralla de la ciudad es un falso mito que, con el transcurso del tiempo, se convirtió en un estigma instalado en la incultura popular. Similar al del tejado que pretendía proteger de la lluvia el reloj de sol de Sant Pol de Mar y que impedía la acción de los rayos solares. O el de los campesinos de La Cava; que cuando iban a Tortosa, la señorial capital del territorio, se compraban alpargatas para no parecer salvajes y se las colgaban en el cuello para no gastar la suela. El falso mito del "puerto de mar" de Cervera, arranca con la Universidad, cuando el régimen borbónico decide que aquel edificio se construirá y aquella institución se mantendrá con las rentas del puerto de Salou, que en aquel momento era la vía de estiba y desestiba de la emergente industria de los aguardientes de Reus.

Mapa del Corregimiento de Cervera. Fuente Biblioteca Digital del Ministerio de Defensa

Mapa del Corregimiento de Cervera. Fuente Biblioteca Digital del Ministerio de Defensa

¿Cervera, ciudad botiflera?

Cervera, con la Universidad y con las rentas marítimas, no fue más 'botiflera' (colaboracionista) que Lleida, que Tortosa o que Barcelona, para poner tres ejemplos que después de la ocupación borbónica también vivirían una profunda transformación de su paisaje local del poder. Eso sí, con la sustancial diferencia que en estas tres ciudades, la transferencia de poder no fue ni silenciosa ni pactada. Y con la sustancial diferencia, también, que el régimen borbónico no tendría ningún interés en olvidar. Todo lo contrario: de la misma forma que los ministros de Felipe V eligieron Cervera para un propósito; el objetivo del régimen borbónico en Lleida, en Tortosa o en Barcelona; sería aplicar una brutal represión y una sanguinaria venganza; que no habría sido posible sin la entusiasta colaboración de sus respectivos partidos borbónicos locales. Cervera, ciudad 'botiflera'?.