"No quería parecerme a Bruce Spingsteen, quería interpretar lo que él representa". Cuando Jeremy Allen White aceptó el papel de Bruce Springsteen en Deliver Me from Nowhere, película que llega este viernes a las salas de cine, supo que no era una interpretación más: era su primera gran incursión como protagonista absoluto de una película. Conocido por su impactante trabajo en la serie The Bear, donde interpreta magistralmente al torturado chef “Carmy” Berzatto -trabajo que le ha llevado a ser reconocido con un premio Emmy- White se veía ahora ante uno de los roles más exigentes y simbólicos de su carrera.
Un acto de fe
Dirigido por Scott Cooper, cineasta reconocido por filmes como Black Mass o, muy especialmente, Crazy Heart, su ópera prima donde un magistral Jeff Bridges (ganó el Oscar a la mejor interpretación) interpreta a Bad Blake, un músico cantautor de country en horas bajas que intenta rehacer su vida-, el biopic, basado en el libro de Warren Zanes Deliver Me from Nowhere: The Making of Bruce Springsteen’s Nebraska (2023), se centra en la grabación del álbum Nebraska (1982), un momento clave en la vida de Springsteen. White ha admitido que, cuando supo que finalmente había sido él el elegido para ponerse en la piel del Boss, una gota fría de sudor le recorrió la frente: nunca había cantado ni tocado la guitarra, y que este rol comportaba unas exigencias que no había tenido que afrontar antes como actor. "Todos estábamos haciendo un acto de fe", ha declarado más de una vez en las últimas semanas.

No quería parecerme a Bruce Springsteen, quería interpretar lo que él representa
La preparación de White ha sido metódica y exhaustiva. Uno de sus primeros pasos fue el que él mismo llamó “adentrarme en un agujero de YouTube”. Quien fue pareja de nuestra Rosalía pasó horas y horas en la red mirando vídeos de Springsteen: conciertos, entrevistas, actuaciones íntimas y momentos fuera del escenario. "Es increíble poder descubrirlo a través de imágenes en todas estas etapas de su vida... Escuchar su voz cuando habla y también cuando canta". Apagado el ordenador, el siguiente paso fue ponerse a las órdenes de profesores de canto y de música. Según la Associated Press, entre los preparadores figuraban Eric Vetro, coach vocal que ha asesorado a lo largo de su trayectoria a cantantes como Ariana Grande, Sabrina Carpenter, Camila Cabello, John Legend, Shawn Mendes, Katie Perry, Pink o la misma Rosalía. Una lista de alumnos en la que también encontramos actores como Austin Butler, a quien ayudó en su proceso de construcción de Elvis Presley en el film Elvis o Timothée Chalamet, con quien hizo lo mismo para su mutación en Bob Dylan en el biopic Un completo desconocido. Otros maestros que lo guiaron en su camino hacia Nebraska fueron el reputado guitarrista y productor J.D. Simo y el supervisor musical Dave Cobb. Con él, un productor, principalmente de música country, con más premios Grammy que Messi balones de oro, se recluyó en interminables sesiones de estudio en Nashville. Sería fascinante poder escuchar estas grabaciones. Incluso el mismo Springsteen participó activamente en el proyecto, ofreciendo su apoyo y alabando el trabajo de White. Palabras refrendadas por Jon Landau. El hombre que un día dijo que había visto el futuro del rock y que este se llamaba Bruce Springsteen, declaró de forma sencilla pero categórica que Allen White: "Es simplemente perfecto".

Voz quebrada y guitarra acústica que aúlla como un lobo herido, es lo único que necesitó Bruce Springsteen para modelar 10 temas que si no te desmenuzan un poco el alma es que eres un puto psicópata sin alma
Una experiencia cinematográfica transformadora
Nebraska es un disco a corazón abierto. Un disco de alguien que quiere huir de lo que representa para reencontrarse en la infinitud de una carretera perdida en medio de la nada de Estados Unidos. Voz rota y guitarra acústica que aúlla como un lobo herido, es lo único que necesitó Bruce Springsteen para modelar 10 temas que si no te destrozan un poco el alma es que eres un puto psicópata sin alma. Por eso, el reto de interpretar al Bruce Springsteen de aquella época no pasaba solo por clonar su voz, sus movimientos o su apariencia estética, la de la estrella de rock mundana que viste camisa de leñador, tejanos con 14.938 lavados y chupa de cuero. El gran reto de White era el de asimilar el marco mental del Boss durante aquellos meses, decodificar la “vida interior” de Springsteen con aquella tensión que lo partía en dos entre la fama y las raíces obreras. Un Springsteen vulnerable que miraba hacia dentro para encontrar una luz que iluminara un mundo que, tanto en el aspecto personal como en el profesional, le parecía muy oscuro. En este sentido, el rol que Allen interpreta en The Bear, el del torturado chef “Carmy” Berzatto, fue de gran ayuda para que el actor pudiera construir su Bruce. El mismo Springsteen, después de ver la serie, lo avalaba reafirmándose en que Allen era la mejor elección para interpretarlo en la pantalla grande. "Tenía aquella vida interior, pero también un poco de presunción, aquel toque de seguridad". Palabra de Johnny 99 sobre un Deliver Me from Nowhere que más que un biopic es la exploración de un momento vital. "Esta película quiere capturar ese mismo espíritu", ha dicho el director Scott Cooper. "Rendir homenaje al legado de Bruce en una experiencia cinematográfica que nos gustaría que resultara transformadora"