Barcelona, 16 de marzo de 1938. Hace 85 años. 22.00 horas. Una escuadra de aviones de combate Savoia Marchetti del régimen fascista italiano y Heinkel y Juncker del régimen nazi iniciaban un bombardeo sobre el centro de la ciudad de Barcelona, que se prolongaría por espacio de tres días (16, 17 y 18 de marzo de 1938). Durante aquellas trágicas jornadas, los atacantes bombardearon diecisiete veces la ciudad: lanzaron 44.000 kilos de bombas que causaron la muerte inmediata de unas 1.000 personas y de 4.000 personas más, malheridas por efecto de los bombardeos, que morirían durante las semanas inmediatamente posteriores. Barcelona fue víctima del primer gran bombardeo por saturación de la historia de la aviación. Fue el día que Franco, Hitler y Mussolini —y sus respectivos gobiernos— decidieron arrasar Barcelona.

Edificio afectado por el bombardeo. Fuente Ayuntamiento de Barcelona
Edificio afectado por el bombardeo / Fuente: Ayuntamiento de Barcelona

¿Qué era un bombardeo por saturación?

Hasta 1936 las aviaciones de guerra solo habían atacado objetivos militares. Sin embargo, con el estallido del conflicto civil español, las aviaciones que daban apoyo al bando franquista (italiana y alemana) pusieron en práctica una macabra estrategia que se denominaría "bombardeo por saturación". El general Francesco Pricolo, comandando de una escuadra aérea italiana, lo resumiría a la perfección: "Hay que crear una sensación de terror inmediato entre la población enemiga, destruyendo continuamente la ciudad, los centros urbanos, todas las fuentes de vida y someterlos a una pesadilla de la cual no puedan despertar y que los obligará a rendirse". Sin tapujos, se trataba de crear un estado de terror constante y sostenido entre la población civil, que tenía que provocar la desafección de la sociedad con el legítimo régimen republicano y precipitar la rendición de la República.

¿Barcelona, el primer bombardeo por saturación?

Barcelona no fue la primera ciudad masivamente bombardeada. La precedían Gernika (26 de abril de 1937) y Lleida (2 de noviembre de 1937). Incluso la trama urbana de la capital catalana ya había sido bombardeada poco antes (30 de enero de 1938). Pero aquellos ataques, aunque estaban dirigidos contra objetivos civiles especialmente sensibles (en Lleida: el Liceu Escolar, el mercado de Sant Lluís, los estudios de Ràdio Lleida y el autobús de Les Garrigues) y que presentaban balances con una altísima mortalidad (en Lleida, de nuevo, 300 víctimas mortales) tenían una duración muy limitada, que no superaba el cuarto de hora. En cambio, los bombardeo sobre Barcelona de los días 16, 17 y 18 de marzo de 1938 tenía una dimensión extraordinaria: la cantidad de ataques perpetrados sumaría doscientos cincuenta minutos (más de cuatro horas) de bombardeos incesantes.

Mercado afectado por el bombardeo. Fuente Spanish Civil War
Mercado afectado por el bombardeo / Fuente: Spanish Civil War

La proclama de Queipo de Llano... ¿la amenaza de un loco?

Al inicio de la Guerra Civil (1936), el general golpista Queipo de Llano se apropió de los micrófonos de Radio Sevilla y los convirtió en el altavoz de la rebelión. Queipo de Llano, un peligrosísimo megalómano embriagado de odio, llegaría a proclamar: "Transformaremos Madrid en un vergel, Bilbao en una gran fábrica y Barcelona en un inmenso solar". Aquella cita resultaría especialmente premonitoria con los bombardeos de marzo de 1938. No obstante, aquel macabro ataque no era para complacerlo. La llamada Junta de Defensa Nacional (el gobierno de la rebelión) no se lo tomaba muy en serio desde que, en alguna ocasión, se había referido al general Franco como "Paca, la culona" y desde que afirmaba que al "generalísimo" le faltaba un testículo.

¿Por qué Barcelona?

El profesor Solé i Sabaté, de la UAB, revela que, durante el golpe de estado del 19 de julio de 1936, allí donde el ejército salió a la calle, se impuso la rebelión. En Sevilla, en Zaragoza, en Pamplona, en Valladolid o en Oviedo. En Madrid, el ejército no llegó a salir a la calle. Pero en cambio en Barcelona sí que salió y se entregó una auténtica guerra urbana que duró dos días (19 y 20 de julio de 1936) y que enfrentó las fuerzas de orden público leales a la Generalitat (Guardia de Asalto, Mossos d'Esquadra y Guardia Civil) y los milicianos armados de la CNT, Estat Català, UGT, CADCI y Rabassaires contra el ejército sublevado. El profesor Solé i Sabaté insiste en que Barcelona fue la única ciudad de la República que derrotó a los golpistas con las armas. Y eso, la Junta de Defensa Nacional no lo olvidó nunca.

Junta de Defensa Nacional (1938). Font Pinterest
Junta de Defensa Nacional (1938) / Fuente: Pinterest

¿Por qué razón más, Barcelona?

El profesor Solé i Sabaté afirma que Barcelona era la ciudad de la República. En 1938, con 1.200.000 habitantes, era el primer núcleo demográfico de la República, por delante de Madrid (900.000) o de València (400.000), que, durante la guerra, sería la capital política. Barcelona era, también, la capital económica y cultural. En definitiva, era la pared maestra del edificio republicano y eso explicaría el interés del bando rebelde en destruir su fuerza cívica. Finalmente, no podemos olvidar que los acontecimientos que se produjeron en la capital catalana durante los Hechos de Mayo de 1937 encendieron todas las alarmas del mando rebelde. El PSUC estalinista y prosoviético, fundado cuatro días después del golpe de estado de 1936 y que prácticamente no tenía presencia en el Parlament, había desplazado a los anarquistas de la CNT de la centralidad política catalana.

¿Dónde cayeron las bombas?

Las bombas de Franco, Hitler y Mussolini fueron lanzadas, principalmente, en el centro de la ciudad. Las zonas más afectadas fueron la plaza de Catalunya, la Gran Via, la ronda Universitat, la propia Universitat, las calles Diputació y Tallers y la Barceloneta. Los ataques se concentraron durante las horas de la noche (máxima movilidad) y de la noche (máxima vulnerabilidad), con el macabro propósito de causar el mayor número de víctimas posible. Y la munición que utilizaron los agresores fue de carácter experimental: bombas de 100 kilogramos con poca capacidad de penetración pero con mucha fuerza expansiva, especialmente ideadas para segar la vida de las personas situadas a pie de calle: que transitaban por vías públicas, que estaban en tiendas, cafeterías o restaurantes o que viajaban en coches o en tranvías.

Plano de los bombardeos más intensos y destructivos. Fuente Ayuntamiento de Barcelona
Plano de los bombardeos más intensos y destructivos / Fuente: Ayuntamiento de Barcelona

¿Cuál fue la reacción internacional?

El profesor Solé i Sabaté sostiene que las democracias internacionales abandonan la República a su suerte mucho antes de los Hechos de Mayo de 1937. Para el profesor Solé y Sabaté, las imágenes del 19 de julio de 1936, con la plaza de Catalunya de Barcelona cubierta de cadáveres (personas y caballos) resultan decisivas. Y eso explicaría la tibia reacción internacional a los bombardeos sobre Barcelona. Los gobiernos norteamericano, británico y francés se escandalizaron. Pero no modificaron ni un milímetro su postura. Es más, Franco, Hitler y Mussolini interpretarían una tétrica pantomima que sería una soberana burla a la comunidad internacional. Y, mientras los barceloneses y barcelonesas morían bajo las bombas de la rancia españolidad —la de Paca, la culonaRoosevelt, Chamberlain y Daladier se tapaban la nariz y giraban la mirada.